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Diez años de prisión por traer en patera a una mujer desde Nigeria para prostituirla

El Tribunal Superior de Justicia confirma la sentencia de la Audiencia Provincial para los dos acusados por el Ministerio Fiscal

Diez años de prisión por traer en patera a una mujer desde Nigeria para prostituirla

La engañaron ofreciéndole un contrato de trabajo en España para saldar una deuda de 250 euros que contrajo por la compra de medicamentos para su padre, gravemente enfermo, y que finalmente falleció. Lo que no esperaba es que ese viaje a Europa, desde Nigeria, fuera en una patera que llevaría desde Libia a Italia, Francia, Madrid y, tras sufrir abusos sexuales, llegar finalmente Torrevieja. Allí la odisea no fue mucho mejor, pues tampoco podía imaginar que ese contrato de trabajo acabaría convirtiéndose en obligarla a ejercer la prostitución, hasta nueve horas al día, bajo la amenazas de someterla a rituales de vudú si no accedía, una creencia muy asentada en Nigeria y que doblegó la voluntad de la acusada. Este es tan solo un resumen de los hechos probados que corrobora la sentencia de Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, dictada inicialmente por la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Elche, y que los acusados recurrieron.

El juicio se celebró en Elche el pasado mes de noviembre, pero los hechos datan de mediados del año 2016. La acusada, testigo protegido por el tribunal, viajó desde la ciudad en la que residía, tras la oferta de una de las acusadas, hasta Niger, y desde allí hasta Libia. Desde allí, tras dos meses de espera, a finales de agosto, la llevaron en una patera, en una travesía de «dos o tres días en alta mar, poniendo en riesgo la vida», tal y como recoge la sentencia, que pretendía llegar a Italia. No obstante, fue rescatada por una unidad de Salvamento de Cruz Roja de la ciudad de Catania (Sicilia), y fue llevada a un campo de refugiados. Desde allí fue trasladada «por personas no identificadas» a Torino (Italia).

Días más tarde, el 7 de septiembre, uno de los dos acusados le entregó un teléfono móvil, un pasaporte y una tarjeta de identificación con un nombre falso a la víctima, así como los billetes con los que debería viajar a España. Ambos condenados le dieron instrucciones a seguir en el caso de que fuera interceptada por la Policía durante el trayecto. Así, logró llegar a una localidad francesa, donde permaneció unos días en casa de terceras personas que actuaban en coordinación con los condenados, y donde fue recogida por uno de ellos para su traslado a Madrid, ya a finales de septiembre de 2016.

Una vez en Madrid, el hombre le entregó una tarjeta telefónica para contactar con la otra acusada, quien le explicó cómo llegar a Torrevieja. Pero antes, el hombre que la había recogido abusó de ella, tratando que quitarle la ropa y realizándole múltiples tocamientos.

30.000 euros

Una vez llegó a la localidad salinera, la acusada, «abusando de la necesidad de la víctima por encontrarse en un país extranjero, sin pasaporte y sin dinero, la compelió a ejercer la prostitución para saldar la deuda contraída en Nigeria, así como por su traslado a España», reza la sentencia. Una deuda que ascendía ya a los 30.000 euros. Además, para doblegar su voluntad, la amenazó con someterla a ritos de vudú, en los que la acusada creía por razones culturales y religiosas.

La acusada le explicó cómo debía ejercer la prostitución y las cantidades que debía cobrar, tanto en la vía pública como en la vivienda a la que fue trasladada. La acusada controlaba los horarios que debía permanecer en las zonas de prostitución y el dinero recaudado. Durante un mes, fue obligada a prostituirse todos los días de la semana desde las 21 horas hasta las cuatro de la madrugada, las seis en casos de fines de semana, recoge el fallo. Así recaudó unos mil euros.

La Audiencia Provincial condenó a uno de los acusados a cinco años de prisión por el delito de trata de seres humanos, cuatro años más por inmigración ilegal y otro año y un mes por abuso sexual. A la otra acusada se le impuso una pena de cinco años y dos meses por trata y otros cuatro años y un mes por inmigración ilegal. Ahora, el TSJ rechaza el recurso de los condenados, que argumentaban vulneración de derechos en las transcripciones telefónicas y actuaciones policiales realizadas para dar con su paradero tras la denuncia de la víctima, que entró en el programa de protección de testigos para garantizar su seguridad.

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