Sorprender a los pacientes ingresados en el Hospital General de Elche, darles un postre diferentes y, sobre todo, «sacarles una sonrisa». Estos fueron los objetivos de la iniciativa llevada a cabo ayer por la chef ilicitana Susi Díaz para conmemorar el Día de la Hostelería, por el que elaboró un postre especial para el menú que se sirvió ayer a los usuarios tanto en sus habitaciones como en el hospital de día y en Urgencias. Así, los enfermos pudieron disfrutar de un éclair con un contraste de sabores único, que fusionó el chocolate blanco con cítricos para dar un toque de acidez, favorecido también con un caviar cítrico natural, que dio el toque final.

De esta forma, la chef quiso «visibilizar el sector de la hostelería y los cocineros, que estamos muy en auge últimamente», a la vez que ofrecer una experiencia gastronómica diferente a cerca de 70 pacientes del centro hospitalario. Díaz se desplazó incluso a una de las habitaciones donde se sirvió esta particular tapa dulce, con el fin de saludar a las pacientes ingresadas y explicarles de primera mano cómo se había elaborado este postre especial. El éclair llevaba una capa de chocolate blanco, serigrafiada con tinta comestible con el nombre de la chef, y culminada con esas bolitas de caviar dulce y una flor comestible, explicó.

Encontrar con un plato que fuera apto para la mayoría de los ingresados no fue fácil, pues lo habitual es que en la cocina del hospital se realicen hasta medio centenar de menús distintos, atendiendo a las dietas especiales de los pacientes, alérgenos, y prescripciones médicas, explicaron desde el Hospital General. «Estuve dándole muchas vueltas, y al final me decidí a traerles un postre, ya que a mí lo que más me gusta es el goloseo después de comer, combinando el dulce del chocolate con cítricos de nuestra tierra».

Visita a pacientes

Una de las pacientes que recibió el postre y la visita de Díaz agradeció «el gesto especial, ya que estando aquí cualquier cosa se agradece», además de la emoción por ver a la chef en persona.

Díaz aprovechó para conocer de primera mano el trabajo en las cocinas que preparan diariamente las comidas de los pacientes. Un intenso trabajo debido a esa gran variedad de dietas que, según valoró la chef hace que «la labor que hacen sea súper difícil. Yo, que tengo una plantilla de 19 cocineros y 300 metros cuadrados de cocina, si me pusieran aquí ,tendría que empezar de nuevo. Tienen que adaptarse a los enfermos y a la problemática de cada persona. Desde aquí mi máxima admiración porque repito, yo tendría que empezar de nuevo para poder hacer esto».

Lo que conoce mejor es el funcionamiento de la cafetería del hospital, pues su marido, José María García, fue cocinero allí antes de abrir junto a su mujer en 1983 el famoso restaurante, La Finca Díaz señaló que fue entonces cuando ella empezó a cocinar, empezando así una fructífera carrera profesional.

Esta iniciativa, impulsada por la cadena Makro, también sirvió para romper con el mito de que la comida del hospital está mala, como señaló la jefa de cocinas del centro hospitalario, que recordó que todos los platos se elaboran diariamente y de forma natural, sin concentrados ni procesados, atendiendo a las necesidades nutricionales de cada paciente.

Y sorpresa también en el «Vinalopó»

La cocinera fue por la tarde a preparar una elaboración dulce para acompañar la cena de las personas ingresadas

Los pacientes del Hospital del Vinalopó también recibieron ayer la visita de Susi Díaz, quien llevó la tapa dulce para la cena. Así, la cocinera más famosa de la ciudad visitó las cocinas del centro hospitalario durante la tarde de ayer para preparar los postres y que pudieran ser emplatados a tiempo para la cena.

De esta forma, todos los enfermos ingresados en la ciudad tuvieron la oportunidad de probar el plato propuesto por Susi Díaz. na excusa para mejorar el postre habitual de los menús, que suele incluir fruta o yogures, y que ayer tuvo ese toque dulce que sirvió para que los ingresados se olvidaran, al menos por unos instantes, que se encontraban en el hospital y pudieran acercarse a la sensación de estar en un restaurante con cocineros con una estrella Michelín. Un broche de oro al Día de la Hostelería que la chef ya manifestó que espera que sea el primero de muchos, para alegrar la estancia de los pacientes y reivindicar y visibilizar el sector.