Desde el curso 2015/16 la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche concede ayudas de comedor a sus estudiantes, unas becas que surgen desde los fondos propios de la Universidad ilicitana, por lo que van más allá de las posibles subvenciones que otorga el ministerio. La convocatoria del programa de comedor universitario para alumnos de cara al curso académico 2019/20 ya está abierta y cuenta con una dotación de 100.000 euros. Si se atiende a los estudiantes a los que se les concedió el pasado año estas becas, 275 alumnos, se observa que casi un 2% de los integrantes de la comunidad estudiantil que forma la UMH han tenido que recurrir a esta prestación.

El objetivo de la convocatoria es sufragar parcialmente los gastos de alimentación que estudiantes con matrícula necesitan afrontar por razón de sus estudios. A estos alumnos se les ofrecen bonos de comedor que son canjeables por un menú diario utilizable en la franja horaria del mediodía en los comedores que la UMH tiene en sus cinco campus en la provincia: Elche, Sant Joan d'Alacant, Salesas, Desamprados y Altea. La cuantía presupuestaria de 100.000 euros de este curso podrá aumentarse en función de las disponibilidades que ofrezca el presupuesto universitario en un programa que emite bonos de comedor de 20, 40, 60 y 80 comidas para canjear de lunes a viernes hasta el 30 de junio del próximo año.

La UMH es una de las pocas universidades de España que ofrece este tipo de ayudas a sus estudiantes, recurriendo a sus fondos propios. Para ello se utilizan criterios de renta, igual que con el resto de las becas. «Hacemos una baremación de los candidatos en función de su renta familiar a través de una comisión de selección», explica el vicerrector de Estudiantes, Juan José López Espín. Desde su vicerrectorado, precisamente, este año se ha incorporado como gran novedad la concesión de becas de transporte, que se pondrán en marcha a lo largo del presente curso académico para poder compensar a los estudiantes que tienen problemas para acudir todos los días al campus o cuentan con complicadas y largas combinaciones.

Los beneficiados por estas becas de comedor también tienen unas obligaciones que cumplir, entre ellas ser responsables del uso de los bonos que se les entrega, que son personales e intransferibles. También deberán hacer un consumo mínimo del 80% de estos bonos y tienen un mes de plazo desde la concesión para renunciar a ella sin que suponga una penalización de cara a futuras convocatorias de este tipo. Los bonos que procedan de las renuncias se adjudicarán al estudiantado que no se haya beneficiado en primera instancia por orden de lista y el incumplimiento de las obligaciones puede acarrear la exclusión de próximos programas de ayudas.

De estas becas también se pueden beneficiar los estudiantes que estén matriculados a tiempo parcial o en estudios semipresenciales, que podrán optar, según su elección a los bonos de 20 o 40 comidas, pudiendo recibir bonos de mayor cuantía en caso de que la disponibilidad presupuestaria lo permita.

Un sacrificio y también un orgullo para la Universidad

Para poder conceder estas becas la Universidad Miguel Hernández (UMH) tiene que recurrir a sus fondos propios, siendo una de las pocas instituciones académicas de España que ofrece este tipo de ayudas a su comunidad de estudiantes. Las becas suponen un importante esfuerzo económico para la Universidad, pero también son motivo de orgullo, como reconoce su vicerrector de Estudiantes, José Juan López Espín. «Es un esfuerzo porque se destina una cantidad de dinero grande. Pero tenemos la seguridad de que, con estas ayudas y las de matrículas, mucha gente no ha dejado los estudios pese a encontrarse en una situación límite y ha podido venir al campus todos los días. Su importancia ha sido mayor si cabe en estos años de problemas económicos», apunta el propio vicerrector.