La reciente caída de la palmera La Centinela, que se desplomó en el Parque Municipal, ha desatado la voz de alarma. Y no es para menos si se tiene en cuenta que Elche ha perdido en los últimos cinco años casi una cuarta parte de las 21 palmeras singulares que forman parte de su apreciado Palmeral histórico. Antes de la caída de La Centinela se produjeron las de La Paquita y La Francisca, como consecuencia de la plaga de picudo rojo, La Golondrina y la de Colón. Ante este panorama, los palmereros reclaman más cuidado y mimo con los ejemplares, ya que achancan su desaparición a la falta de poda y los pocos recursos con los que cuenta el área municipal responsable del mantenimiento.

«Hace dos años La Centinela tuvo una carga de dátiles muy grande, no se podó en su momento y esto hizo que de desplazara varios metros de su eje, por lo que el vendaval de los últimos días la ha acabado tirando», apunta el presidente de la Asociación de Palmereros de Elche (Apelx), Vicente Campos. El experto reclama mimo para estos ejemplares ya que cree que se ha llegado a esta situación por una mezcla de falta de conciencia y medios. A la vez, lanza un nuevo aviso porque hay otras dos palmeras singulares que se encuentran en una situación muy preocupante: La Candelabro y La Pipa de Sempere.

Para la primera de estas dos palmeras en riesgo, La Candelabro, situada a la entrada del Parque Municipal, el colectivo de palmereros exige la creación de una estructura capaz de soportar el peso que tiene un ejemplar que cuenta con cinco brazos. En el caso de La Pipa de Sempere, ubicada en el Hort de Dins, reclaman una segunda peana ante la inclinación que presenta actualmente su tronco. Este aviso llega para evitar que se repita una situación como la vivida con La Centinela, que apareció partida y tendida sobre el suelo.

Desde el Ayuntamiento son conscientes de la problemática que sufre el Patrimonio de la Humanidad y han hecho públicas algunas de las medidas que barajan para frenar la pérdida de ejemplares singulares. Entre las propuestas que han trasladado están las de aumentar la plantilla actual o externalizar algunos de los servicios destinados al apoyo del mantenimiento. El concejal del área, Héctor Díez, también ha querido recordar que los ejemplares singulares tienen un trato especial y que se está trabajando en la puesta en marcha de un nuevo contrato por un valor de 40.000 euros.

El Ayuntamiento realiza una inspección especial y un mantenimiento más frecuente en las palmeras catalogadas como singulares que en el resto. No obstante, otra de las directrices que van a recibir los palmereros es la de evitar la producción de dátiles en estos ejemplares de avanzada edad, algunos con 200 años, para atajar el peso.

Más medidas

Otra de las medidas que ha impulsado la Concejalía que ha pasado de Compromís al PSOE tras las últimas elecciones locales es la de la reorganización de la plantilla del Palmeral, dada la escasez de trabajadores y las trabas del Gobierno central para sacar más oferta pública de empleo. El departamento dirigido por Díez cifró en 16.000 las palmeras que hay en la vía pública y en 100.000 el número de ejemplares que hay en los huertos de Elche. Todo ello frente a una plantilla de una decena de palmereros.

Ante el déficit de trabajadores para hacerse cargo del Patrimonio de la Humanidad, el edil responsable del área ha asegurado que uno de los propósitos es realizar un mantenimiento más periódico de los huertos. La estrategia es echar mano de bolsas de trabajo y de contratos externos, como ya se ha realizado años anteriores en el Parque Empresarial y en colegios para la poda de palmeras.

«Invitamos a las autoridades a que tengan en cuenta nuestro patrimonio vivo para no tener que lamentar más pérdidas», concluye Campos desde Apelx.