El Ayuntamiento reorganizará el estacionamiento de vehículos en las zonas reservadas a carga y descarga para atajar el desorden en calles peatonales, facilitar el trabajo a comerciantes y aumentar la seguridad para los peatones. Es una de las medidas que prepara la Concejalía de Movilidad, en manos de Compromís. También, estudia habilitar zonas naranjas para residentes, que implicarán el estacionamiento bajo pago en algunas calles, con el fin de garantizar que el aparcamiento en el centro y los barrios sea prioritario para los vecinos.
Estas medidas se debatirán la próxima semana en la Mesa de la Movilidad que ha convocado el Ayuntamiento con diferentes colectivos. El propósito es «buscar un consenso con los comerciantes para ordenar estos espacios de estacionamiento limitado que hay repartidos en la ciudad, pero sobre todo en la zona centro», explicó la concejal del área Esther Díez. En este sentido, el ejecutivo local quiere darle prioridad a replantear la carga y descarga y también los estacionamientos de la zona azul en el casco antiguo, de cara a la peatonalización de la Corredora y de otras calles céntricas, donde está prevista la supresión del tráfico. Otra de las iniciativas que baraja el equipo de gobierno es incluso permitir la reserva de espacios a través de aplicaciones móviles, como ya funciona en la ciudad de Barcelona.
Además, el equipo de gobierno tiene que dar salida a una de las asignaturas pendientes del anterior gobierno municipal: la implantación del pago de los estacionamientos en la ORA (Servicio de Ordenación y Regulación de aparcamientos en la vía pública) a través del móvil. Algo que, según la edil de Movilidad, será «inminente», y podrá llegar en «cuestión de semanas», ya que la empresa municipal de Pimesa está desarrollando ya la plataforma que permita a las diferentes empresas del mercado ofrecer este servicio a los conductores a través de apps.
Otra de las medidas que tardará más, pero que ya planea el ejecutivo local es adaptar las calles del centro con zona azul a las nuevas necesidades que se generen con la peatonalización de la Corredora o tras vías adyacentes.
Plan centro
Todo ello empezará a debatirse este mes coincidiendo con la conmemoración de Semana de la Movilidad, aunque la intención de la edil responsable del área es crear mesas de trabajo específicas que se reúnan de manera periódica con los agentes implicados para perfilar las medidas.
En este sentido habrá una en concreto para abordar el Plan Centro, al igual que la que ya existe para el carril bici y la que está previsto crear para regular el uso de los patinetes eléctricos.
Calmar el tráfico
La extensión de la zona de circulación a 30 kilómetros es otro de los proyectos que quiere rescatar la concejalía de Esther Díez, para limitar la velocidad en la mayor parte del casco urbano, excepto en las rondas y circunvalaciones. Una vez acabado el plan de Movilidad a principios de 2020, el ejecutivo local está dispuesto a empezar a aplicar estas velocidades, con la vista puesta en calmar el tráfico y que los vehículos a motor puedan empezar a convivir con las nuevas formas de moverse por la ciudad cada vez más en auge: patinetes y bicicletas.
Pero, ¿qué zonas de Elche están indicadas para restringir la velocidad? Empezando por el casco antiguo, todavía quedan zonas como las calles San Miguel, San Jordi, San Antonio y adyacentes y las que hay comprendidas entre la avenida Juan Carlos I y Porta de la Morera.
Otro barrio susceptible, según la Policía Local, donde también, los vecinos han reivindicado esta medida es el de Puertas Coloradas, al igual que la zona del antiguo Arrabal de Santa Teresa o San José. En este último espacio, hay viales cómo Sor Josefa Alcorta donde los residentes están detrás desde hace años de una reducción de la velocidad.
A estos puntos se suman otros, según informes policiales, y son los entornos de los mercados de abastos y mercadillos repartidos por los diferentes barrios.
