Lo que prometía ser una semana de desconexión y disfrute en compañía de familiares y amigos ha acabado siendo una pesadilla para la veintena de personas que reservaron el pasado mes de diciembre lo que en teoría iba a se un idílico crucero por el Mediterráneo pero finalmente ha sido «una estafa». Así lo contaba ayer la hija de una de las parejas afectadas, que han visto cómo los 1.300 euros que pagaron por anticipado se han esfumado junto con el responsable de la agencia de viajes, ubicada en Tenerife, que les recomendó un conocido. «Yo misma me metí a comprobar en internet las opiniones y reseñas y todo parecía indicar que eran de fiar, tenían opiniones de años atrás, por lo que parecía un negocio fiable y con trayectoria».

Nada les hizo sospechar entonces que, a escasas horas de embarcar, se quedarían en tierra, sin viaje, sin 1.500 euros y sin ninguna explicación de la persona que, hasta días antes del 11 de agosto, la fecha de partida, les había ofrecido incluso contratar excursiones por las diferentes ciudades por las que pasarían durante su recorrido por las Islas Griegas. Sin embargo, pocos días antes «el encargado de la agencia no responde a las llamadas y nadie recibe ningún documento más para poder realizar el viaje. Llega el día, se mantiene la esperanza. Maletas preparadas, autobús reservado para partir hacia Madrid desde donde sale el vuelo. Llamada tras llamada, consiguen hablar con el encargado, que les dice que ha habido un error con la reserva y que partirán el día 17, la siguiente semana».

Esto era, en teoría, el pasado sábado, cuando tampoco partieron de viaje. «Con parte del grupo ya en Madrid, para coger el vuelo a Atenas, desde donde embarcaban, otros en Alicante, esperando al autobús hasta el aeropuerto. El encargado apaga el teléfono, elimina el grupo de Whatsapp creado para dar la información del mensaje, y desaparece. Tan solo prometió que devolvería el dinero, pero desde entonces no hemos podido contactar con él», señala la afectada.

Las denuncias se han sucedido en las comisarías de Elche y Alicante, donde reside este grupo de veinte afectados, pero no descartan que el número de estafados sea mayor, repartidos por toda España, por lo que los afectados crearán un frente común para reclamar el dinero y los daños.