Buen nivel también el de la Pirotecnia Zarzoso, procedente de Castellón, que con su potencia y ritmo encandiló ayer a los ilicitanos y visitantes que se agolpaban, sobre las dos de la tarde, en el entorno de Traspalacio. Cuantas más vibraciones afectaban al cuerpo, más disfrutaba la gente. Y más estruendo pedía.

Su espectáculo, de seis minutos y medio, fue rítmico y potente, algo que agradeció mucho el respetable, en una jornada donde al principio corría el viento y en la que las temperaturas no generaron excesivo calor.

Los del Alto Palancia dispararon 115 kilos de pólvora (el límite son 120) y combinaron una gran variedad de fuegos de artificio en un montaje que comenzó a las 6 de la mañana y se concluyó en torno a un par de horas antes de se prendiera la mecha. Su apuesta no deja ver un claro ganador a priori. La casi imprescindible cita arrancó con una traca valenciana y tres retenciones aéreas con silbatos, serpentinas y roncadores. Luego sobrevino un arrebato digital que dio paso a un episodio de seis retenciones terrestres con acompañamiento aéreo. En este punto, los asistentes ya empezaban a comprabar que esto iba de menos a más. «Es potente, brutal y rítmica», avanzaban Pacto Sancho, diseñador de este despliegue de pólvora, y Rubén Sánchez, su segundo.

A continuación se pudo disfrutar de un terremoto con cuatro fases, previo a enfilar la parte final con 200 truenos de aviso, una descarga terrestre y aérea. La llegada de dos golpes finales de chicharras y silbatos con un trueno de aviso y dos golpes de cierre completaban la cuarta y última mascletà de este undécimo concurso de fiestas.

Para hoy está previsto, ya fuera de concurso, y también a las 14 horas, una gran mascletà en honor a la Mare de Déu , en este caso a cargo de la Pirotecnia Turís, segunda clasificada en el concurso del pasado año en Elche.