Tras la batalla que supone la Nit de la Roà, con las calles y plazas de Elche repletas de ilicitanos y visitantes con ganas de fiesta y diversión, los efectivos de limpieza redoblaron sus esfuerzos desde la primera hora de ayer para que la ciudad recupere la normalidad en el espacio de tiempo más corto posible. Los efectivos de Urbaser, que desde el comienzo de las fiestas patronales han puesto todo de su parte por mantener la ciudad en las mejores condiciones, iniciaron su trabajo con las primeras luces del día, cuando todavía muchos jóvenes disfrutaban de los últimos coletazos de la noche más larga del año en Elche.

Los puntos neurálgicos del botellón fueron los primeros en ser tratados, como el Parque del Rey Jaime I, que ayer amaneció repleto de botellas, bolsas y el resto de los enseres de la noche de fiesta. En el resto de la ciudad, desde el centro hasta los barrios, los efectivos de limpieza siguieron trabajando sin descanso para que los resultados de su labor empezaran a estar visibles rápidamente. En el caso de la zona centro, por ejemplo, a la hora del inicio de la procesión de la Patrona, ya se había recobrado el aspecto habitual.

A la vez que se iniciaba este dispositivo de limpieza, se procedió al desmontaje de los recintos que han servido como punto de encuentro estos días.