La mordedura de un pez acabó aguando el final de las vacaciones en Elche a una bañista y a su familia, que habían elegido La Marina como lugar para pasar una semana de descanso y acudir a la playa. La afectada, una mujer de 40 años procedente de Valladolid, acabó este miércoles con uno de los tendones del pie seccionado de forma parcial, tal y como se desprende del parte médico del Hospital General de Elche, donde tuvo que ser atendida.

Salía de la orilla de la playa del Rebollo cuando se llevó el tremendo susto y sintió como «si le atrapara un cepo, un dolor que no había tenido tan fuerte en su vida», relató a ayer este diario el marido de la perjudicada, quien aseguró que tan solo un instante antes había salido su hijo de cinco años del agua, por lo que respiró aliviado de que el pequeño se librara del mordisco.

El hombre aseguró que la tuvo que llevar en brazos hasta el puesto de salvamento y de ahí a la ambulancia y a urgencias, donde confirmaron que se trataba de la mordedura de un pez, le dieron puntos al observar una «microrrotura» y le inmovilizaron la pierna con una férula, desde el pie hasta la rodilla. «Entró de manera lateral y la herida tiene hasta la forma de boca, media circunferencia, le alcanzó desde el empeine a la planta», señaló el familiar.

Tras la sangrante herida ninguno de ellos se percató qué tipo de animal marino podía estar detrás del mordisco, pero, según el turista, la mujer tuvo «la sensación de que se le enganchó en el pie algo». Ante la alarma generada, el servicio de socorrismo del Ayuntamiento activó el protocolo, colocando la bandera amarilla en El Rebollo, La Marina y El Pinet. Sí permitió el baño con precaución, tras no considerar oportuno cerrar las playas, una medida que se prolongó hasta la jornada de ayer, por precaución. Tras la mordedura, los socorristas también iniciaron un dispositivo de búsqueda que acabó al mediodía del día siguiente con la captura de un pez golfar. Una especie marina, que según el Ayuntamiento, es la que pudo haber alcanzado a la bañista de Valladolid, tras la valoración realizada por los biólogos del Instituto de Ecología Litoral.

Calma y críticas

Mientras el Ayuntamiento trató ayer de llamar a la calma y restar alarmismo a lo ocurrido, tras el incidente, la familia de turistas, que se alojaba en el camping de La Marina, se disponía a hacer las maletas al acabar sus vacaciones, con el disgusto encima y todavía sorprendida de que no se hubiera cerrado en ningún instante la playa. «Si hubiera mordido a un niño le hubiera hecho mucho más daño que a un adulto», lamentó la pareja.

Otros casos

El pez golfar, que presenta dientes de sierra, puede acercarse a la orilla en busca de pequeños peces con los que alimentarse, pero no suele atacar a las personas, según señaló el Ayuntamiento. Aunque este tipo de incidente no es habitual, tampoco es la primera vez que ocurre en la provincia. En el año 2006, se produjo un caso grave de ataque de un pez a una niña de 7 años mientras se bañaba en la playa de San Juan.

Las mordeduras le causaron desgarros muy importantes en un brazo, antebrazo y muñeca, y necesitó ser operada de urgencia. En el caso de esta semana, la mujer no precisó intervención quirúrgica.

El pez golfar, que mide por lo general entre 60 y 80 centímetros, pero que puede superar el metro y pesar hasta 12 kilos, tiene una mandíbula de gran fortaleza.

Además, sin ir más lejos este mismo verano y justo en la playa de La Marina, dos niños también sufrieron la mordedura de un pez también en los pies. Entonces, el Ayuntamiento no identificó la especie, sí que aseguró que la picadura no era venenosa y también optó por colocar la bandera amarilla y reforzar la vigilancia. Hace dos años una tintorera mordió a un bañista mientras se bañaba en la playa de Arenales del Sol, y un año antes se cerró la playa de Poniente en Benidorm por otro ataque a un niño de esta misma especie.