La comparsa Estudiantes ha ofrecido un espectacular boato que ha servido para recrear la trasformación que vivió la ciudad tras la Reconquista, momento en el que comenzaron a forjarse lo que hoy en día continúan siendo monumentos y enclaves característicos de la ciudad y que forman parte de la historia de Elche.

La Entrada Cristiana sirvió para que la comparsa mostrara una vez más su buen hacer en las celebraciones de Moros y Cristianos con un espectáculo que encandiló al público por las sólidas raíces ilicitanas en prácticamente todas las coreografías, desfiles, y números que se sucedieron a lo largo de todo el recorrido, desde Reina Victoria hasta Puente Ortices, como es habitual.

El evento ha trasladado a las miles de personas que se aglutinaban para disfrutar del boato hasta el siglo XII, cuando Ils, como así se conocía a la ciudad bajo el imperio musulmán de entonces, rompía la armonía de un día normal de mercado con el ataque de las tropas cristianas, dando inicio a la Reconquista, que consiguieron recuperar el mando de la ciudad para incorporarla al Reino de Castilla. Comerciantes, cómicos y saltimbanquis fueron arrasados por los ejércitos cristianos, en un inicio del boato muy vinculado ya al capitán cristiano, Rubén Fernández, pues los parroquianos de la posada que se pudo ver en la representación eran los integrantes de la filà Almossars (Sarracenos), formada por grandes amigos del capitán.