En cuanto llega el mes de agosto, el litoral ilicitano tiene que hacer frente a la llegada de miles de visitantes que quieren pasar el día en las playas, y aunque esta gran afluencia se traduce en una importante inyección económica para la ciudad, también genera el efecto negativo que saca a más de uno de quicio. Como cada verano, pedanías como Arenales del Sol siguen sin estar preparadas para absorber una ingente cantidad de vehículos que van y vienen en las horas punta. Desde primera hora de la mañana de ayer, el primer domingo de agosto, se apreciaba cómo los viales que atraviesan el núcleo urbano de la pedanía se encontraban colapsados, y los aparcamientos habilitados apenan podían albergar más coches, y algunos usuarios entorpecían el paso con vehículos mal estacionados.
Uno de los puntos más concurridos es el parking que se encuentra a la entrada a la pedanía, entre la calle Albacete y paraje del Clot. Se trata de una de las pocas bolsas de aparcamiento regulado en la partida, un espacio cedido Ayuntamiento por Costas y que sabe a poco, ya que ayer también estaba al límite. En algunos tramos horarios como el mediodía apenas había plazas disponibles y los usuarios aprovecharon para denunciar el mal estado en el que se encuentra este solar, un descampado con baches notables, por lo que los conductores tienen que emplear habitualmente toda su destreza para no estropear los bajos del coche. En este punto, además, los residentes denuncian que algunos conductores no entran por los accesos autorizados si no que se suben a las aceras y del peso han roto las baldosas. Otros, incluso, invaden el carril bici y estacionan sobre él, generando insatisfacción entre los ciclistas. Desde la concejalía de Seguridad Ciudadana señalan que en esta temporada de máxima afluencia hay un refuerzo policial en el litoral de unos sesenta agentes de la unidad marítima, además de miembros de Protección Civil para controlar el tráfico en diferentes puntos donde pueden producirse altercados, como es el caso del cruce que comunica el Cabo con Gran Alacant y el Carabassí. Este punto es crítico y a todas horas el tráfico está activo ya que a sólo unos metros se ubica otro de los estacionamientos habilitados,que también comparten los bañistas de Santa Pola y que también estaba al máximo de capacidad. Según el edil del área, Ramón Abad, se está incrementando la seguridad en horas punta pero tendrá que abordarse alguna otra solución al conflicto, ya que se producen atascos y algún que otro accidente. Se pensó en una rotonda como alternativa, pero algunos informes desechan esta posibilidad por ser inviable técnicamente. Por otro lado, desde el equipo de gobierno insisten en que están siendo tajantes para que se respete el entorno natural, y por lo tanto están totalmente blindadas las zonas de dunas. Así las cosas, por el momento no tienen constancia de ninguna multa por aparcar de forma incívica en esta zona y para extremar precauciones, el Ayuntamiento seguirá cortando el aparcamiento de El Altet junto a las dunas cuando se superen unas cotas para evitar que los vehículos campen por espacios protegidos.
Por otro lado, aseguran desde el ejecutivo local que tal y como está configurada urbanísticamente la pedanía, es complejo que puedan habilitarse más espacios como aparcamiento, pero entienden que deben ampliarse las campañas para promover que los usuarios aparquen lo más lejos posible de las playas, para que no se vean saturadas, y sugieren, por tanto, que se utilice más la línea circular de autobús (que si crece la demanda podría ampliarse) que pasa de la Avenida de San Bartolomé de Tirajana hacia la Avenida Costa Blanca.
