Las voces de los niños de la Escolanía y las de los adultos de la Capella volvieron a resonar ayer por la tarde en la basílica de Santa María de Elche. Se trata de un momento hasta cierto punto especial, porque supone volver a escuchar de manera pura, sin adulterar, sin elementos externos el timbre, la intensidad y la calidad de las gargantas del drama asuncionista de manera informal, con cierta distensión, aunque con la responsabilidad de confirmar que lo ensayado durante los últimos meses en las dependencias de la Casa de La Festa funciona también en el templo.

Y es que ayer dio inicio la serie de ensayos in situ, es decir, en la propia basílica, más allá de las habitaciones y el sótano de la Casa de La Festa donde ángeles, marías, apóstoles o judíos trabajan habitualmente.

Con las tribunas de invitados ya colocadas, con el Andador y el Cadafal dispuestos, y bajo el cielo de Santa María, primero las voces blancas y luego, por separado, los adultos, todos demostraron ayer que están sobradamente preparados.

Desde las 16 hasta las 17.30 horas los ángeles y marías dieron a conocer sus virtudes en la basílica. Luego llegó el turno de revisar los movimientos del Cortejo para, con los escolanos, rematar esta primera jornada con el Araceli y la Coronación.

Tras un punto y aparte para volver a vocalizar en la Casa de la Festa, los ensayos en Santa María se retomaban a partir de las 20.30 horas y hasta las 22 horas, pero en este caso ya con los adultos.

Y es que este año se a poder realizar un doble ensayo. Esta semana, de lunes a jueves, y la semana que viene de igual modo, de manera que se pueda ensayar dos veces el día 11, 12, 13 y, el jueves, las escenificaciones del 14 y 15.

«Hay bastante niños nuevos. Tenemos cuatro Marías y cuatro ángeles, muchos recambios», señala el Mestre de Capella, Javier Gonzálvez, que recoge temporalmente el testigo de José Antonio Román, que ha ocupado este puesto durante 17 años. A partir de ahora Román seguirá como cantor, aunque en este agosto será uno de los caballeros electos, por lo que podrá disfrutar del Misteri desde otro punto de vista.

Después de la polémica

Otra de las novedades de este año es que Joan Castaño retoma la responsabilidad como Mestre de Ceremonias, como ya hiciera entre 1991 y 2000. Castaño sustituye a Antonio Antón Latour, que durante casi una década venía ocupando este cargo. El Misteri no renovó su confianza en él y su salida el pasado mes de febrero no estuvo exenta de polémica.

En cualquier caso, los que ayer por la tarde se acercaron hasta Santa María, tanto algunos familiares como turistas que por casualidad se adentraron en la penumbra, pudieron descubrir lo bien que suenan las voces de los niños, cómo Castaño, con mucho tacto y de forma agradable, daba instrucciones a los menores, al tiempo que comprobaba lo bien que tenían memorizados los distintos movimientos y la coordinación en conjunto.

El Mestre de Ceremonias suplente, Pablo Más, y el consueta y patrono Hèctor Càmara, también quisieron estar presentes, también realizaron algunas indicaciones y también disfrutaron escuchando la buena afinación de los niños y su predisposición en todo momento.

José Galiana, José Manuel Guinot y José Javier Piñol son, junto a Javier Gonzálvez, los encargados de preparar la parte musical, ensayos que acontecen durante todo el año, martes y jueves e incluso sábados por la mañana, pero, sobre todo, a partir del concierto de Semana Santa.

Para la familia del Misteri es un gozo contar con tantas personas predispuestas para formar parte de las escenificaciones. De hecho, en esta ocasión, de los 34 escolanos, 28 están preparados para las representaciones en Santa María este agosto. Mientras, muchas voces del Coro Juvenil han podido dar ya el salto a voces importantes entre el Apostolado y la Judiada. No en vano, cada día subirán al Andador y al Cadafal unos 40 intérpretes, pero los 64 que actualmente conforman la Capella van a poder salir un día u otro.

Buenas vibraciones por tanto para las escenificaciones que están a la vuelta de la esquina de este Patrimonio de la Humanidad.