Ciudadanos, un partido que antes de las elecciones, mucho antes de que David Caballero tuviera que marcharse, estaba llamado a gobernar junto al PP, no se encuentra precisamente en un momento exultante en Elche. Son varios frentes los que mantiene abiertos y pocas soluciones, por parte de unos y de otros, las que se quieren dar.

Para empezar, algunos militantes han solicitado una asamblea para analizar los resultados en esta ciudad tras las elecciones municipales del 26 de mayo. Consideran que se ha dejado pasar demasiado tiempo para no haber llevado a cabo aún una reflexión sobre el batacazo de este partido en los comicios locales. E incluso, por extensión, algunas voces señalan que no estaría de más algún tipo de autocrítica e, incluso, que una o varias personas barajen la posibilidad de presentar dimisiones por lo acontecido.

«Me dirijo a ti, en tu calidad de secretario de Organización Provincial de Cs, para expresarte la inquietud que muchos compañer@s de las tres agrupaciones de Elche compartimos. Pues después de ocho semanas desde las elecciones municipales, no hemos tenido una reunión (algo que ya hicieron todos los demás partidos), para poder valorar los resultados, revisar nuestro proyecto, y siempre mejorar nuestra ciudad. Por todo ello, te solicito que, en el plazo de 5 días, convoques esa reunión que estamos convencidos redundará en beneficio de Elche y de los ilicitan@s». Este es el mensaje que recibió a finales de la pasada semana Luis Crisol, un plazo que en principio se cumpliría a finales de esta semana.

Fuentes oficiales del partido le restan valor, aseguran que apenas han sido tres o cuatro los peticionarios y afirman que asamblea va a haber, por supuesto, pero en cuanto estén listas las tres ejecutivas locales (una de ellas suspendida y otra con empate) que hay en la ciudad. Para otras voces, no tiene nada que ver que haya ejecutivas con convocar asamblea. Ante ello, fuentes oficiales del partido señalan que hay mecanismos en los estatutos para propiciar esa tan esperada asamblea.

Lo que no entienden algunos militantes y simpatizantes de Cs es que tras perder un concejal y 16.000 votos de las elecciones generales a las locales, es decir, en apenas cuatro semanas, (es significativo, sin ser comicios comparables) no se haya convocado ninguna reunión para analizar lo ocurrido. En este sentido las miradas se dirigen a Luis Crisol, también como jefe de campaña, y a su hija, Eva Crisol.

Lo cierto es que en Cs Elche siguen multiplicándose los problemas, aún más incluso tras el último paso por las urnas. En este sentido, casi al poco de saberse los malos resultados locales hubo gente que se empezó a preguntar por qué no se contó con casi nadie para elaborar la lista municipal, o quién había elegido al cabeza de esta lista y, cómo no, por qué se había ordenado de tal modo y no de tal otro la misma.

Interrogantes

También se plantean ahora interrogantes acerca de qué pasó para que José Quirante Manresa llegara a ser cabeza de lista en el Senado casi sin militar o por qué hay presiones para poner a Paz Gallud (número 6), afín a Eva Crisol, o a Irene Ripoll (número 3), que es la opción que quiere Eduardo García-Ontiveros, como asesora en el grupo municipal de Cs. En este sentido, García-Ontiveros lleva dos semanas bloqueando el nombramiento de la asesora del grupo porque no quiere a Gallud, como le están tratando de imponer.

Por si fuera poco, las discrepancias entre los dos concejales que han quedado de Cs tras perder un edil, es decir García-Ontiveros y Eva Crisol, tampoco ayudan en nada. Lo último que ha trascendido es que ambos se repartan al 75% la dedicación y media que le corresponde a Cs, algo que incluso habría trasladado la propia Crisol al alcalde y no Ontiveros. Además, esta última aspiraba a la portavocía del grupo.

Qué papel están jugando en esta coyuntura Emilio Argüeso y Emigdio Tormo o cómo está la situación tras el apercibimiento de sanción de Daniel McEvoy, son otras de las incógnitas en las que sigue sumergido un partido que se ha convertido, al menos en este momento, irrelevante para la gobernabilidad de Elche.