Desde una crítica sobre el cambio climático hasta homenajes a la naturaleza y los videojuegos arcade. Estas son algunas de las temáticas que más de 1.200 participantes quisieron mostrar ayer durante la charanga de Matola, uno de los eventos lúdicos más populares en el término municipal de Elche, aunque este año ha bajado la participación, y no porque este evento tenga menos auge, si no porque desde la organización decidieron limitar el número de participantes para asegurar la tradición, fomentar que los vecinos de la pedanía rural participen y que no haya problemas para coordinar un evento que en otras ocasiones ha llegado a alcanzar las 2.500 personas.

Desde la comisión de fiestas reseñan que ya el año pasado implementaron un sistema para que todo aquel que quisiera participar en la charanga tuviese que inscribirse previamente, y por lo tanto se le entregaba una pulsera acreditativa. Este año ha vuelto a repetirse este formato, aunque han decidido que el aforo se reduzca para permitir que no hayan tantas aglomeraciones durante el recorrido y que además esté más controlado el consumo de alcohol entre jóvenes para evitar, por ejemplo, capítulos de intoxicaciones etílicas. Así las cosas, en esta edición no se ha producido ninguna asistencia de los servicios de emergencias como DYA que controlaron la zona y hubo una participación más moderada que siguió el tradicional recorrido que va desde el cruce de la Vereda de Santa Teresa por la Carretera de Matola. Durante el itinerario habían hasta quince carrozas decoradas en las que los participantes repartieron hasta 1.200 litros de bebidas y más de 1.000 montaditos para todos aquellos que salieron a las calles para disfrutar de uno de los actos festivos más singulares del Camp d’Elx que cada año reune a cientos de ilicitanos e incluso visitantes de otros municipios de la comarca, ya que se trata de una forma de hacer fiesta que lleva repitiéndose más de 35 años y que sobre todo atrae a menores de 30 años.

Más familiar

Con estos cambios la comisión de fiestas de Matola asegura que ha conseguido uno de los objetivos, que era hacer una charanga más familiar «sin perder la razón de ser pero más controlado», según indica Raúl Martínez, secretario del ente festero.Lo que sí se pudo comprobar ayer en Matola era que, a parte del calor, los ilicitanos tienen mucho sentido del humor y ganas de mostrar aspectos críticos en la sociedad a través de una explosión de colores. La jornada culminó con música en directo en la barraca habilitada. Estos actos están enmarcados en las fiestas en honor a la Virgen del Carmen. Comenzaron el pasado 29 de junio con una exhibición ecuestre y se han sucedido otros acontecimientos como el cross popular, el pregón de Maria Dolores Mora Pascual, presidenta de la Congregación de San Pascual Baylón de Elche o la imposición de bandas, mientras que queda la procesión a la patrona el 21 de julio.