P ¿Qué ideas va a transmitir a los estudiantes del curso de comunicación política, estrategia y nuevos liderazgos que organiza la UMH?

R Hablaré sobre la industria del marketing político, que ha crecido mucho en el mundo. En Francia y Alemania tiene gran tradición y en España también está creciendo. Y sube en los países americanos y africanos. Lo hemos visto en el último proceso electoral que se ha celebrado en Mauritania. Aquí no somos ajenos a este fenómeno. Este curso sirve para impulsar y promover la rama educativa que tiene la industria del marketing político.

P ¿Cómo ve las nuevas generaciones de alumnos que se acercan a la política?

R Los nuevos estudiantes tienen la oportunidad de educarse con profesionales que están participando en campañas por todo el mundo. Yo me centro en explicarles las causas que mueven a la política y la extinción que se está viviendo en los países tradicionales, lo que en Europa se conoce actualmente como la postpolítica. Nos encaminamos hacia una nueva democracia digital directa.

P Usted también es conocido como el «creador de presidentes». ¿De dónde viene este nombre tan pretencioso?

R Es marketing también. Lo que es un hecho es que, a mis 47 años, he participado en más de 450 campañas electorales en tres continentes y estoy adentrándome en Asia en estos momentos. He intervenido en campañas de diferente rango, municipales, autonómicas o nacionales, y formado parte de trece candidaturas presidenciales por todo el mundo. Por eso me han puesto la etiqueta del «creador de presidentes». Simplemente soy un profesional que hace su trabajo para desarrollar un mundo mejor y ayudar a hombres y mujeres que quieren llegar al poder público para construir una sociedad más próspera.

P ¿Cuáles son los ingredientes que debe tener un político para triunfar?

R La clave en las campañas es la disciplina. Y luego hay que cumplir una serie de requisitos que están relacionados con la estrategia política. La disciplina se tiene que aplicar a la estrategia y a la ejecución de un plan de trabajo. El candidato ideal reúne cuatro cualidades: valores, energía, ideas y determinación. En ocasiones ganan otros candidatos pero hoy en día es difícil ver líderes políticos que no cuenten con estos ingredientes.

P Ha comentando en más de una ocasión que la política tradicional va a desaparecer, ¿por qué lo cree?

R La política que vemos ahora va a dejar de existir antes de que pasen dos décadas, nos encaminamos hacia una democracia directa digital cuyo epicentro va a estar en el terminal de nuestro teléfono móvil. En diez años como mucho las fotos biométricas de los móviles nos permitirán votar aunque estemos a 15.000 kilómetros. Podremos decidir sobre los presupuestos europeos desde casa o el trabajo. Y esta política necesitará un nuevo tipo de liderazgo, una camada totalmente distinta a la que tenemos en España. La revolución de internet en la política la vamos a percibir los próximos años.

P Y los partidos actuales, ¿también van a experimentar una transformación?

R En España en concreto, aunque también pasa en otros países de Europa, vivimos un proceso de trituradora. Esto significa que los partidos tradicionales, entre los que hay que incluir a Ciudadanos, Podemos, Vox y las formaciones autonómicas e independentistas, están en extinción. La representación parlamentaria se va a poner en tela de juicio. En la postmodernidad de la política, los partidos no van a tener capacidad de influencia en la vida del país. Hubo una generación de políticos que duró desde la Transición hasta Zapatero y otra actual que va a durar mucho menos de lo que pensamos.

P ¿Cómo serán los nuevos líderes?

R No serán muchachos de 20 años, será gente que tiene conciencia de la era digital en la que vivimos, un espacio físico y temporal en el que las normas del pasado han quedado obsoletas y en el que las nuevas reglas que necesitamos todavía no se han creado. Estamos en un proceso de creación de nuevo lenguaje. La política también dejará de ser psicológica para tener un componente más biológico.

P ¿A qué se debe este argumento?

R A que se planteará una nueva dimensión política, social y biológica. Vamos a vivir una revolución en la que los Sánchez, Casado, Iglesias, Rivera o Abascal de ahora serán parte del pasado.

P De fenómenos que hemos vivido en los últimos tiempos, como el auge de los populismo o de los partidos de extrema derecha, ¿nos olvidaremos?

R Esto también responde a situaciones que se quedarán obsoletas. Lo que vemos ahora es que las socialdemocracias en Europa ya no satisfacen a los ciudadanos y representan el agua tibia que no resuelve los auténticos problemas de la población. Vivimos procesos de no representación por culpa de esa agua tibia. Y el agua hirviendo que llega de los extremos es un movimiento emergente que nos lleva de vuelta al pasado. Eso sí, es una reformulación distinta del pasado, porque es más extremista y peligrosa.

P Esta última reflexión no dibuja un escenario muy positivo del presente...

R Si prestamos atención al mapa electoral de España vemos que en pocos años hemos pasado del azul del Partido Popular al rojo del PSOE. Estamos viviendo el final de las ideologías, van a quedar en segundo plano en beneficio de los liderazgos. Aquí estamos repitiendo el mismo ciclo que hace 30 o 40 años y puede tener unas consecuencias nefastas.