El Centro de Congresos va camino de cumplir las dos décadas en Elche, tras abrir en el año 2003, y desde entonces ha logrado facturar 1,1 millones de euros y albergar más de 3.400 eventos de todo tipo, según los registros del Ayuntamiento. Las instalaciones municipales nunca han estado tanto en boca de los políticos como en esta reciente campaña electoral y su ampliación o mejora se ha colado en los programas de las principales formaciones que concurrieron a las elecciones.
En ese contexto, y sobre todo, con el debate abierto sobre la construcción de un auditorio o palacio provincial de congresos con más de mil plazas financiado por la Diputación, las dependencias de Filet de Fora han obtenido uno de sus mejores resultados de facturación.
El centro recaudó 83.643 euros el pasado año, tras el récord de batió en 2016 con una cuantía similar, pero algo superior de 83.810 euros. Aún sin concluir, este ejercicio el inmueble gestionado por VisitElche lleva un total de 57.693 euros ingresados. Lejos quedan los inicios cuando el Ayuntamiento percibió poco más de 24.000 euros por las actividades que se organizaron entonces o el peor año de la crisis económica para las instalaciones públicas (2010) cuando se facturaron 36.000 euros, casi la mitad que el año anterior.
Lo mismo ha ocurrido con los eventos que se han celebrado en este recinto que ha pasado de acoger 91 eventos en sus inicios a 223 el pasado ejercicio. Lo que no ha cambiado en los últimos 17 años es que las convenciones y reuniones son los principales platos fuertes de toda la actividad que registran las instalaciones. Le siguen las presentaciones, las jornadas, las conferencias, los congresos, los cursos y las exposiciones.
Otro dato indicador que explica cómo funciona el Centro de Congresos de Elche es el número de asistentes, cuya cifra también se ha visto incrementada de manera progresiva en estos años a la par que el número de eventos. En 2018 albergó a 35.500 personas, mientras en 2003 pasaron por las instalaciones ilicitanas 12.815. La cifra máxima de público que ha acogido el recinto fue en 2018 con 38.000 visitantes.
Presente y futuro
Muchas vueltas han dado las actuales dependencias de la calle Filet de Fora desde antes incluso de su construcción. Fue hace una década, cuando se abrió el debate sobre la ampliación del Centro de Congresos. En 2009, la edil socialista Encarna Marco anunció unas obras para hacer realidad un auditorio para acoger entre 1.100 y 1.200 personas, cuestión ésta que se había revelado necesaria puesto que el actual edificio cuenta con un salón de actos con un límite de unas 500 personas, así como con otras tres salas para reuniones más limitadas.
La pretensión fue ampliar también el actual parking y ganar 260 plazas, con la vista puesta en comenzar incluso a finales de ese año. Sin embargo, aquello quedó en el limbo.
Ha sido ahora cuando las aspiraciones de potenciar el turismo de congresos ha vuelto a reactivarse entre los responsables políticos, quienes han visto la necesidad de contar con un mayor espacio en la ciudad para poder ser competitivos con otros municipios. El PSOE, al frente del área de Turismo y de la gestión del complejo, pone el foco en ganar más plazas para celebrar congresos en el auditorio provincial que prometió construir la Diputación en la precampaña electoral.
La ubicación que defiende el ejecutivo local es el barrio de Carrús, en la avenida de Novelda. Mientras que los planes que tiene para el Centro de Congresos se centran, tal y como recoge su programa electoral, en modernizar y mejorar el equipamiento para garantizar su competitividad como enclave ideal para la celebración de cualquier tipo de evento.
La cafetería, sin resolver
Más allá de decidir dónde y cómo quiere que sea la oferta de congresos de la ciudad, el Ayuntamiento tiene antes otro entuerto que solucionar: abrir la cafetería de las instalaciones actuales, cerradas desde el pasado mes de septiembre. La concesión pública que presta servicio al Centro de Congresos con la persiana bajada no es la mejor imagen para los congresistas. El nuevo edil de Turismo, Carles Molina, aseguró la pasada semana que uno de los objetivos que se ha marcado nada más aterrizar es reabrir este local. Apuntó a darle un enfoque diferente a la cafetería y a su uso.
