Primer fin de semana de julio y regreso de uno de los grandes problemas en el litoral ilicitano de todos los veranos. Las zonas costeras se ven desbordadas por los vehículos estacionados, ya que residentes y, sobre todo, la gran cantidad de turistas que visita las playas de Elche en los meses más calurosos del año, se las ingenian para aparcar sus coches, utilizando todos los recursos y más que tienen a su disposición, ya sean aceras, cunetas o espacios naturales. Solo bastó dar una vuelta al mediodía de ayer por las playas de La Marina, El Pinet o el Carabassí para comprobar que el litoral estaba desbordado un año más.

«Hay una gran presencia de veraneantes y esto se convierte en un caos para nosotros», apuntan desde Arenales. Los testimonios que se recaban en La Marina, donde la acumulación de vehículos estacionados aún era mayor ayer, no son más halagüeños: «No se habilitan más espacios y nos toca vivir un horror». Este es el panorama que se presenta para julio y agosto en los 9 kilómetros de playa que tiene Elche, un litoral que atrae por igual a ilicitanos, residentes en la provincia de Alicante y turistas.

«Las visitas son una suerte para nosotros pero también un caos», lamenta la alcaldesa pedánea de La Marina, Mari Carmen Molina, que de momento sigue en su cargo, al igual que el resto de pedáneos, hasta que el alcalde, Carlos González, designe a dedo a los nuevos pedáneos, algo que está previsto para antes del comienzo de las fiestas. Molina cree que una de las soluciones que puede contribuir a paliar el problema del estacionamiento pasa por una mayor promoción de los autobuses urbanos que circulan hasta los arenales. «Hace años que venimos reivindicando que se fomente el uso del autobús para que la gente aparque más lejos y pueda llegar hasta la costa», asegura.

Problemas repetidos

Si nos desplazamos de La Marina hasta Arenales vemos que los problemas son muy similares. «Aquí es imposible aparcar los fines de semana a partir de las 13 horas», apunta el pedáneo de Arenales, Alejandro García Raduán. Según su testimonio, las zonas más conflictivas son la avenida principal del paseo marítimo y la bajada de la calle Albacete. «Llegamos a ver coches aparcados hasta en las dunas del entorno del Clot de Galvany, los conductores los dejan con una rueda colgando», añade sobre una problemática a la que le tendrán que buscar solución desde la Concejalía de Movilidad Urbana y Tráfico, en la que los nuevos concejales de Compromís deben tomar medidas tras la salida de Mireia Mollà y Antonio García en dirección al Consell.

«En El Altet se puede promocionar y señalizar más el autobús que lleva a las playas. Y en el núcleo urbano hay un problema de aparcamiento para los comerciantes», concluye Ángel Soler.