¿Qué balance hace de sus ocho años en el equipo de gobierno de la Universidad?
El balance es positivo, llego satisfecho a la meta y con la conciencia tranquila. En la primera etapa, en Relaciones Internacionales, se hizo una labor importante para trabajar con dobles titulaciones y algún máster. Implantamos la docencia en inglés y establecimos la enseñanza gratuita de idiomas para estudiantes de la UMH. También apoyamos el Erasmus, triplicando el número de alumnos que salieron al extranjero. Y abrimos las puertas al programa espejo con Iberoamérica, al que Vicente Micol le ha dado un impulso importante.
¿Y en investigación?
En el plan de excelencia y competitividad hemos conseguido incentivos para investigadores y profesorado asociado y se han incrementado los sexenios de investigación, con un 87,3% de profesorado a tiempo completo con el sexenio vivo. También han crecido las publicaciones y las patentes y hemos creado muchas empresas en el Parque Científico. Estoy orgulloso de haber eliminado las becas de investigación y haberlas convertido todas en contratos.
¿Por qué no continúa como vicerrector de la UMH?
Es una etapa que se cierra tras ocho años en la gestión. Juanjo Ruiz ha hecho un dream team, un equipo muy bueno, en el que mantiene a algunos compañeros y ha apostado por caras jóvenes que serán importantes. Mi etapa ha concluido, lo reflexioné con Ruiz y pensamos que era lo mejor. Las personas pasamos y lo importante es la institución. Les deseo éxito y acierto porque creo que se lo merecen.
Investigación o gestión, ¿en qué campo está más cómodo?
Me gusta la gestión pero es complicada. Muchas de las cosas que quieres hacer no se pueden llevar a cabo porque las universidades públicas están muy fiscalizadas. Es bueno que exista la trasparencia. No hemos podido crear, por ejemplo, una escuela internacional de doctorado ni una oficina de comercialización de patentes ni una oficina de gestión de proyectos internacionales. Hemos conseguido 27 proyectos europeos en cuatro años, trece altamente competitivos. Eso ha supuesto gestionar diez millones. Si tuviéramos una estructura más importante, habríamos dado el salto y no seríamos socios, sino coordinadores de proyectos, lo que nos permitiría captar muchos más fondos.
Para el nuevo equipo de gobierno, ¿cuál es su consejo?
Que escuchen mucho a las personas que les rodean, que no vayan con ideas preconcebidas y que miran tanto adelante como atrás. Es decir, que potencien los grupos de excelencia pero que no dejen de crear cantera. A los excelentes hay que ponerles alfombra roja y a los jóvenes y emergentes cuidarlos mucho, sobre todo los primeros años. Apostar por las cátedras de investigación también es importante. Cuando yo llegué al vicerrectorado, teníamos cinco, y ahora las hemos triplicado.
¿Hacia dónde va a ir la investigación de la UMH en el futuro?
El proyecto Brain de estudio del cerebro, que lidera José María Azorín, va a dar muchas sorpresas porque empresas potentes de Estados Unidos van a invertir. El Instituto de Neurociencias seguirá adelante y ha renovado su sello de excelencia. También se va a potenciar mucho todo lo relacionado con el medio ambiente, la sostenibilidad y el cambio climático. Los avances en el coche eléctrico y las ciudades inteligentes van a ser imparables.
Otra de las claves de futuro es la internacionalización...
Sí, claro. Por eso apostamos por los proyectos europeos. Tenemos que apoyar a los investigadores para que sepan dar el salto. En España no podemos crecer mucho más, está limitado el ingreso por esa vía.
El rector hace hincapié en la trasferencia de conocimiento...
Muchas veces se confunde este concepto. Las universidades nos miramos al ombligo, pensamos que tenemos la ciencia y vamos a transferirla. Es importante que haya intercambio de conocimiento, que la empresa se siente con el investigador de igual a igual. No vale que uno esté en la torre de marfil y el otro abajo. Las universidades tenemos que aprender de la empresa. Lo mismo nos pasaba con los países iberoamericanos, a los que íbamos creyéndonos superiores, y así no conseguíamos nada.
¿Cómo se puede mejorar la relación con la empresa?
Ellos vienen con problemas concretos porque confían en nosotros. A partir de ahí, debemos hablar de igual a igual e intercambiar conocimiento. Tenemos más contratos con empresas de fuera de la Comunidad Valenciana que con firmas de Elche y eso no puede ser. En este campo va a tener un papel clave la vicerrectora María José López.
Dentro de poco la UMH va a contar con un nuevo instituto para las ingenierías...
Quiero decir primero que en la última etapa hemos creado, con pocos recursos, siete centros de investigación. Y en el nuevo instituto tengo mucha ilusión depositada. Es importante juntar a los ingenieros con las áreas de conocimiento de la empresa. Gente de campos dispares como informática, telecomunicaciones, robótica o mecánica podrán trabajar juntos. El instituto también va a ser una incubadora de spinoff, tendrá el ADN de creación de empresas. No es lo mismo que Neurociencias, por ejemplo, que hace una investigación básica que no tiene aplicación inmediata. Después del verano se aprobará la creación de este centro.
En corto
En corto
A partir de ahora que deja la gestión, ¿a qué se va a dedicar?
Tengo varios proyectos en marcha. He terminado un libro sobre un congreso que hicimos en 2017. No lo podía haber hecho antes porque la gestión quita mucho tiempo. Hay varias líneas de investigación abiertas, como la restauración ecológica de las canteras y la fabricación de suelos artificiales. Y también trabajo con residuos para fabricar distintos materiales de construcción.
