El Teatro de la Zarzuela ha sido el escenario en el que el ministro Pedro Duque ha entregado los diplomas que acreditan a los mejores expedientes de toda España en la educación superior. Entre ellos se encuentra el ilicitano Álex Moltó, que ha acabado el grado de Bellas Artes en la Facultad de Altea con una nota media de 9,75. Moltó sigue vinculado a la UMH en la actualidad y esta es su historia:

El día que cambió su vida, Álex Moltó (Elche, 1982) se encontraba ordenando sus dibujos. En aquel instante comprobó que llevaba nueve años sin dedicarse a una de sus grandes pasiones: dibujar. Arrastrado por su trabajo, la falta de tiempo y la rutina, había dejado de lado los lápices y el papel para entregarse a sus labores en el departamento de Comunicación del Club de Regatas de Alicante, tras haber estudiado Publicidad. Así que decidió romper con todo, abandonar un empleo estable cuando la crisis golpeaba con mayor virulencia y trasladarse a Altea para hacer realidad su sueño de estudiar Bellas Artes.

Unos años después, el protagonista de esta historia está convencido de que tomó unas de las mejores decisiones de su vida. No es para menos, teniendo en cuenta que este mediodía, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, recibirá de manos del ministro Pedro Duque el reconocimiento que le acredita como el mejor expediente de su promoción a nivel nacional, tras haber acabado sus estudios de Bellas Artes con una nota media de 9,75. «Tomé tarde esta decisión, asumí muchos riesgos y pasé momentos de dudas, pero después de esto, estoy convencido de no haberme equivocado», asegura Moltó.

«Para que luego digan que los de Bellas Artes somos unos artistas que no estudiamos», bromea el ilicitano, para añadir a continuación: «Tenía claro que, si me ponía otra vez a estudiar, era para darlo todo». Renunciar a un puesto fijo no era una tarea sencilla y la decisión no fue bien entendida por sus padres en primer momento. «Viví situaciones complicadas. Recuerdo los primeros días de clase, rodeado de estudiantes mucho más jóvenes que yo, en los que estuve a punto de tirar la toalla. Afortunadamente aguanté», continua su relato Moltó, que también quiere quitar romanticismo al arte para poner en valor la importancia de la práctica y el esfuerzo.

Finalizado el grado de Bellas Artes, el ilicitano está preparando ahora su doctorado y sigue muy vinculado a la Universidad Miguel Hernández (UMH). En la institución académica forma parte del proyecto CulturaLab, con el que trata de conectar al público con los espacios expositivos de la UMH para generar pensamiento crítico y autónomo. También colabora con el Museo Reina Sofía y ha hecho una estancia de tres meses en la Complutense que le ha permitido ampliar los conocimientos de CulturaLab.

A nivel artístico, lo que más ha desarrollado Moltó es la fotografía y la performance. También ha compartido proyectos con la creadora Susana Guerrero, que fue su profesora. Una de sus series se llama «La caja de cartón». El ilicitano utiliza este objeto como metáfora de la permanente mudanza en la que se convierte la vida del ser humano, una continua búsqueda de hogar que a él le llevó a la Facultad de Bellas Artes tras una acertada apuesta.

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