La avenida de la Libertad es uno de los tramos más concurridos de la ciudad, tanto por vehículos como por viandantes y ciclistas. Cruzar esta vía puede convertirse en un problema. Al menos, si se desconoce las particularidades de dos semáforos, uno instalado en el puente de Ferrocarril, justo en la entrada al Parque Municipal de Elche, y otro en la rotonda de L'Aljub. Este elemento no cambia de señalización si no se pulsa un botón que está instalado en el mismo poste. Y no todo el mundo lo sabe.

A cualquier hora del día, en el paso de peatones pueden verse personas que cruzan con el semáforo en rojo. Ya cansadas de esperar, se lo saltan. Lo que suele pasar desapercibido es un pequeño botón sin señalizar, que es el que permite el paso a los peatones. Una persona podría estar esperando de manera interminable para cruzar al otro lado, siempre y cuando no pulse el botón que detenga el paso de los vehículos. Muy pocos son los que lo hacen, pero aún así cuentan con poco más de veinte segundos para pasar por una calzada de cuatro carriles.

Un problema añadido es precisamente la escasez de tiempo. En concreto, para las personas que sufren alguna discapacidad. A pesar de contar con dos pequeñas rampas correctamente habilitadas, el tiempo de paso es muy breve para que una persona con silla de ruedas o que camine ayudado por muletas pueda llegar al otro lado.

Ciclistas

Este semáforo está instalado al final del puente con la intención de que los ciclistas puedan pasar de un carril bici a otro. Como no está señalizado, se lo saltan.El mismo problema ocurre cerca del Centro de Comercial de l'Aljub, en la avenida Somosierra.

Muy pocas personas utilizan el botón para cruzar a pesar de la alta presencia de vehículos en la salida del aparcamiento.