Jose Ángel García (48 años) se encuentra a caballo entre Elche y Atenas para ayudar a los refugiados que hay instalados en la capital de Grecia. En colaboración con Elche Ayuda a Personas Refugiadas y Atenas SOS Refugiados, Jose Ángel ha sido testigo en innumerables ocasiones de la mala situación que atraviesan los sirios, iraníes y afganos en Atenas.

«Viven en la calle porque el gobierno ateniense no tiene los recursos necesarios para atender la alta demanda», asegura García, que estuvo hace mes y medio en Atenas, donde vio a hombres, mujeres y niños viven en malas condiciones.

La experiencia del ilicitano en estas tierras le da pie a afirmar que «la Unión Europea no hace nada para dar una solución a este problema. En 2016 Turquía y Europa se comprometieron a devolver a los refugiados y ninguna de las partes lo ha cumplido», recuerda García, y añade que «como ven que Turquía no los cuida y la Unión Europea mira a otro lado, intentan marcharse a otros países como refugiados».

Proyectos

Hace mes y medio que Jose Ángel regresó a Elche tras duros días de trabajo ayudando para mejorar la situación de los refugiados. Pero su labor continúa en el municipio, colaborando con diferentes asociaciones para enviar la mayor cantidad de alimentos posible.

«Guardamos comida no pedecedera en un almacén. Una vez lo tenemos completo lo enviamos en un contenedor para que llegue a los diferentes campos instalados en Atenas», explica Jose Ángel. También aclara que los voluntarios que hay instalados allí compran alimentos frescos, como naranjas o tomates, para que puedan comer «de manera digna».

Las labores de voluntariado que se llevan a cabo en Atenas no solo tienen que ver con la comida. Hay equipos que ayudan a los refugiados en otros aspectos como el idioma para que puedan expresarse y conseguir un nivel mínimo de formación académica. Lo sorprendente, asegura, es que «hay refugiados que se quedan para ayudar a las personas que llegan en su misma situación».

Drogas

Aunque el trabajo que se realiza en los campos de refugiados es toda una proeza, el mundo de las sombras acecha en cada esquina de la ciudad.

«Muchos de las personas que llegan aquí quieren irse a otros países. Para ello, la mayoría de las ocasiones recurren a las mafias que hay instaladas en la ciudad». Según relata, hay algunos que consiguen cruzar los controles entre un país y otro, ya que en la UE no hay fronteras: «Pagan tres mil euros a las mafias y cruzan con un DNI falso. Algunos lo consiguen, pero otros no y son devueltos a Atenas».

Los que de verdad preocupan son estos últimos, que para conseguir dinero y volver a intentar salir de tierras griegas optan por vender droga durante un tiempo que se suele alargar bastante. «Hay muchos que al final caen en la drogadicción y se quedan afincados, sin una posibilidad de mejorar su situación», lamenta.

La razón de que este voluntario ilicitano vuelva una y otra vez a Atenas son todos estos factores negativos que, junto con un gran equipo, intenta paliarlos hasta que la Unión Europea actúe de alguna forma.

El 4 de julio Jose Ángel vuelve a coger la mochila, directo a Atenas para aportar toda la ayuda que pueda pues, lamenta, «cada día la situación es diferente», ya que cada vez son más los refugiados que atracan en Lesbos para ser enviados a la capital de Grecia.