Entre cohetes y pétalos de rosas cientos de niños vestidos de primera comunión pasearon ayer por las calles de la ciudad en la tradicional procesión del Corpus Christi. A pesar de que la cita coincidió con la noche de San Juan, al evento no le faltaron fieles que quisieron acompañar esta procesión de Jesús Sacramentado que se convirtió en una de las más revitalizadas que se conocen ya que algunas entidades ilicitanas como la Casa de Andalucía, el Centro Aragonés y la asociación de Moros y Cristianos se sumaron por primera vez al encuentro, que arrancó desde la Basílica de Santa María para seguir después el mismo itinerario de la procesión de la patrona, la Virgen de la Asunción, cada 15 de agosto y 29 de diciembre. El evento litúrgico también tuvo un toque festivo ya que la procesión la encabezó una agrupación local de dolçaina y tabalet junto a unos cabezudos que trajeron al presente una tradición de antaño.

El auge de la cita se notó también en otro detalle representativo como son los altares, que sirvieron para que la imagen del Santísimo hiciese parada en cada uno de ellos para rezar unas oraciones. Este año se han presentado catorce altares, uno más que en 2018, ya que se mantienen todas las cofradías hasta la fecha y se incorporó la cofradía del Amor del colegio de Salesianos, que unos días antes se animó a participar. Volvió, además, a convocarse el concurso de altares, una costumbre recuperada por la Mayordomía del Santísimo, teniendo en cuenta la diversidad de altares repartidos por todo el recorrido de la ciudad amurallada, que representaban motivos religiosos como panes o el cáliz haciendo analogías a los versículos bíblicos.

La Hermandad de la Lanzada se coronó como el mejor altar, en segunda posición quedó la Hermandad del Rescatado y la Hermandad de la Amargura terminó tercera. Con el fallo del concurso los autores de cada altar respiraron más aliviados después de un tiempo intentando mantener en secreto todos los detalles para asombrar más al ciudadano.

Por otra parte, otro de los aspectos que más caracterizan a esta procesión es el mimo que se invierte en cada detalle, y para una muestra la alfombra de pétalos de rosa de ocho metros de largo que engalanaba los pies de la puerta principal de la Basílica de Santa María. Según cuentan desde la Mayordomía del Santísimo, se trata de un trabajo al milímetro que se ha confeccionado durante días por jóvenes, catequistas y miembros de la directiva de la entidad organizadora que este año representaba una custodia gigante.

Comitiva

Esta celebración de origen medieval para venerar el sacramento de la eucaristía y exaltar la doctrina del cuerpo de Cristo arrancó con una misa oficiada por el cardenal Carlos Amigo Vallejo, que fue arzobispo de Sevilla y esta era la tercera ocasión en los últimos años que presidía el corpus ilicitano. A pesar del calor, la procesión fue extensa con una comitiva que contó con representantes de entidades como la Junta Mayor, Centro Aragonés, Casa de Andalucía, Moros y Cristianos, además de la Gestora de Festejos y la Unión de Festers del Camp d'Elx (UFECE), con infinidad de festeros seguidos de más representantes de la Venida de la Virgen, Patronato del Misteri o la Orden del Santo Cáliz, sin contar con las autoridades locales y eclesiásticas así como los cerca de trescientos niños y niñas vestidos de comunión, que fueron los grandes protagonistas durante un recorrido por el centro histórico que quedará en el recuerdo de los más devotos.