El secretario del Ayuntamiento de Orihuela fue el único testigo que declaró ayer en el juicio del Brugal, tras anularse, por motivos médicos, la testifical del catedrático de la Universidad de Valencia que redactó los pliegos de la contrata de basura tras quedar desierto el anterior contrato en 2007. El fedatario público, en su cargo desde 2006, aclaró algunos aspectos de la contrata. El más importante, quizás, se refirió a la imposibilidad de que dos empresas con el mismo representante jurídico pudieran presentarse al mismo concurso, al menos sin informar de este extremo a la mesa de contratación. Por tanto, bajo esta premisa, el empresario oriolano Ángel Fenoll no podría haberse presentado al concurso de basuras con su empresa, Colsur, y a la vez con otras mercantiles. Uno de los extremos que investiga el caso Brugal es precisamente si Fenoll usó a testaferros para controlar dos de las empresas que formaron parte de la UTE que finalmente fue la adjudicataria del concurso de basuras, para saltarse ese extremo y optar a la contrata con dos mercantiles diferentes. «Está prohibido que un mismo licitador presente dos ofertas. Es obligación de las empresas, cuando forman parte de un mismo grupo, ponerlo de manifiesto e informar a la mesa de contratación, para que el órgano lo tenga en consideración».

El resto de la declaración se centró en aspectos técnicos, mientras que los abogados de la defensa, especialmente el de Ángel Fenoll, se centraron en demostrar que esa adjudicación a la UTE se había realizado siguiendo todos los trámites legales. «No habría firmado ningún documento avalando el contrato si tuviera la más mínima duda», manifestó el secretario. Al mismo tiempo, el funcionario reconocí que había oído «conversaciones de pasillo» que relacionaba a Fenoll con las empresas que formaban parte de la UTE adjudicataria una vez comenzó el servicio, pero que ningún miembro de la Corporación manifestó esas dudas de manera formal, por lo que todo eran rumores.