Los dueños del hotel de Arenales seguirán con la batalla judicial y recurrirán la sentencia de la Audiencia Nacional que ha validado que las obras para reformar el hotel fueron ilegales. La propiedad ha decidido presentar un recurso de casación ante el Supremo después de conocer hace escasos días el fallo del tribunal que no es firme y que viene a ratificar la prohibición que decretó la Dirección General de Costas, dependiente del Gobierno Central, de realizar la reconstrucción de las ruinas de primera línea de playa.

La propiedad, tal y como era previsto, va a jugar la que puede ser su última carta, para tratar de rescatar el proyecto de rehabilitación del hotel y prepara ya el recurso que presentará en los próximos días ante el Alto Tribunal, tal y como aseguraron fuentes judiciales. La Audiencia Nacional sostiene que las obras iniciadas por los dueños en el año 2015 se saltaron la ley al detectar que la empresa trató de levantar un edificio nuevo, cuando no estaba autorizado para ello, tras haber derribado casi por completo el inmueble.

El tribunal se pronunció en la misma línea que Costas, organismo que tras paralizar sine die las obras del hotel en el anterior mandato denegó también un proyecto que la empresa presentó posteriormente para tratar de legalizar entonces los trabajos iniciados que suponía hacer demoliciones de la parte pendiente del edificio antiguo para su posterior reconstrucción. Algo que según la Audiencia, era lo que se estaba realizando en el hotel cuando se detuvieron los trabajos tras la denuncia de un particular y de una asociación.

En este sentido, el tribunal consideró que el proyecto presentado por parte de la propiedad para legalizar las obras viene a solicitar una autorización para la construcción de una edificación nueva en dominio público marítimo-terrestre, para uso hotelero, que resulta contrario a lo previsto en la legislación. En concreto, la normativa de Costas, tal y como recoge el fallo judicial, excluye la posibilidad de que se realicen obras de reconstrucción integral de un edificio declarado en estado de ruinas.

En mitad de este proceso judicial, la propiedad del hotel de Arenales ha recibido ofertas, como la de una empresa de ámbito internacional, para comprar el bloque en ruinas, que desde que cerró en los años setenta se ha convertido en un quebradero de cabeza para los dueños. Ahora, tras el último pronunciamiento del tribunal prácticamente se agotan las posibilidades de poder salvar el inmueble de la demolición total. Algo que tendrá que resolverse ya por el Supremo. Mientras, el esqueleto a pie de playa volverá a lastrar la imagen de Arenales del Sol otro verano más.