Deseos, frustraciones e ilusiones llevados a la pantalla del cine. Las historias ideadas y los sueños anhelados por una aparadora son el nexo que da sentido al cortometraje De color azul, cinta impulsada por las ilicitanas Fina de la Torre y Sonia Noval que fue rodado en distintos emplazamientos de Elche entre los meses de octubre y noviembre. El filme tiene como punto de partida las propias vivencias de De la Torre, su directora y guionista, en un relato que puede ser familiar para muchos ilicitanos. «Mis padres eran los más buenos del mundo pero muy rígidos. Mi madre era aparadora y me enseñó el oficio. En aquella época no salíamos mucho de casa, apenas unas horas los domingos. Me pasaba las semanas haciendo la faena entre cuatro paredes», asegura.

En ese habitáculo dio rienda suelta a su imaginación, unos pensamientos que ahora se plasman en las escenas del drama De color azul, un proyecto que ha sido posible sacar adelante gracias a la veintena de personas que se han implicado en él, entre actores y equipo técnico. Las primeras escenas que aparecen en pantalla están rodadas en el Gran Teatro, para luego adentrarse en otras zonas del Camp d'Elx y del litoral ilicitano, entre ellas, la playa de El Pinet.

De la Torre y Noval quieren que De color azul se vea por primera vez en el próximo Festival de Cine de Elche, que se celebrará entre el 19 y el 26 de julio, como agradecimiento al apoyo que han recibido por parte de las instituciones locales. «Hay lugares de España, como Almería o Tenerife, que acogen muchos rodajes, pero Elche no tiene nada que envidiarles», asegura Noval, que también afirma que la cinta participará en otros certámenes.