La Policía Nacional ha desmantelado en Elche una organización criminal dedicada al tráfico de drogas y ha detenido a 17 personas, 11 de las cuales se encuentran en prisión provisional. La operación tuvo su inicio cuando los investigadores tuvieron conocimiento de la posible existencia de ciertas personas que podrían estar traficando con estupefacientes en la ciudad.

Los agentes averiguaron que la organización obtendría las sustancias estupefacientes, principalmente cocaína, al por mayor. Esta sustancia por un lado sería distribuida a otros traficantes de menor escala de Elche y la Vega Baja y, por otro, vendida ya cortada al menudeo a consumidores habituales mediante un teléfono de ventas que tenían presuntamente activo las 24 horas los 365 días del año.

Fruto de las pesquisas llevadas a cabo, los investigadores determinaron que existía un gran volumen de clientes de todos los estratos sociales a los que la organización suministraba la droga. Lo hacían con premura allí donde eran reclamados y se publicitaban en redes sociales privadas como un servicio de "telecoca".

Los vendedores, quienes ocupaban el último escalón de este entramado delictivo, se encontraban atentos a posibles llamadas o mensajes de los clientes, quedando en un lugar convenido por el comprador, dándose entre ambos detalles como el coche con el que circulaban para poder reconocerse en el caso de no ser habituales las citas o ser la primera vez del vendedor.

Una característica particularmente apreciada por los clientes era la velocidad con la que se producían los pases de droga. Los compradores tenían que esperar por orden de llamada para recibir sus pedidos.

Tras realizar varias ventas y para evitar grandes cantidades de dinero o de droga, el vendedor se citaba con el responsable de la organización o acudía a un punto neutro establecido por el mismo, donde dejaría el dinero y obtendría nueva sustancia preparada para continuar con las ventas. El importe como norma general dispuesto para el trabajo de los vendedores era de 150 euros al día, lo que suponía un sueldo de 4.500 euros al mes.

Esta organización, la cual mantenía un control y disciplina férrea, no dudaba en recurrir a la intimidación y a la violencia cuando veía peligrar su cartera de clientes o cuando otros traficantes intentaban acceder a su mercado ilícito.

Utilizaban como tapadera un lujoso negocio de compraventa de vehículos establecido en la ciudad de Elche, donde tenía empleados a familiares como testaferros para blanquear los beneficios obtenidos del tráfico de sustancias estupefacientes.

Los investigadores lograron identificar al "líder" de la organización, el cual pese a encontrase en prisión, se encargaba presuntamente de la dirección de la misma. Esta persona presuntamente controlaba y dirigía las finanzas así como los movimientos de la droga. Disponía de una estructura patrimonial amplia con figuras de testaferros para dificultar el posible embargo de bienes como consecuencia de su actividad ilícita y para blanquear el producto de la misma.

Junto al líder se encontraban personas de su confianza, quienes se encargaban de tareas directivas en sustitución del anterior, siendo además cabezas visibles del establecimiento de compraventa de vehículos. Estos además serían presuntamente los responsables de la distribución de cocaína a mediana escala a otros traficantes y vendedores al menudeo en la ciudad de Elche y otras localidades de la provincia.

En este sentido, estas personas se encargaban igualmente de facilitar a la organización domicilios de seguridad en los que se guardaba el grueso de las sustancias estupefacientes y se cortaban y preparaban las dosis para abastecer en primer lugar a los propios vendedores del entramado quienes realizaban las ventas al menudeo y, en segundo lugar, a otros vendedores que proveían regularmente.

Otros integrantes cumplían las funciones de testaferros y en última instancia se encontraban los repartidores y vendedores de la droga.

Una vez lograron identificar a todos los integrantes de la organización, los agentes establecieron un dispositivo que fue llevado a cabo en tres fases diferentes que permitió desarticular por completo el entramado delincuencial. El día 23 de mayo se produjeron 12 detenidos, de los cuales 11 fueron ingresados en prisión provisional.

En total se han detenido a 17 personas y se han llevado a cabo 12 registros en las localidades de Elche, Santa Pola y Santomera (Murcia). En los registros los agentes incautaron más de 300 gramos de cocaína, sustancia de corte, 2 kilos de hachís, 50 gramos de cristal, gran cantidad de anabolizantes, 16 vehículos utilizados por la organización y más de 32.000 euros en efectivo.

Los detenidos acusados de cometer presuntamente un delito de tráfico de drogas, 14 varones y 3 mujeres, de entre 22 y 49 años y de nacionalidades española y colombiana, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número Uno de Elche, siendo ingresados 11 de ellos en prisión provisional.