La búsqueda con un georradar del refugio de la Guerra Civil bajo el Mercado Central ha dado positivo. Urbanismo confirmó ayer el hallazgo del escondite en la esquina noroeste del edificio de abastos en la plaza de las Flores, lo que abre otro frente contra el proyecto adjudicado que contempla la construcción de un aparcamiento subterráneo.

El laboratorio de especialistas, que la pasada semana realizó las pruebas sobre el terreno, ha detectado uno de los muros de acceso a la galería subterránea que empezó a construirse a partir del 37 para protegerse de un posible bombardeo durante la contienda. Lo llamativo, además, según el informe técnico, es que la profundidad estimada del escondite antiaéreo está muy cercano a la superficie. En concreto, las ondas han permitido localizar los restos a una profundidad de apenas 35 centímetros, en algunos casos.

No obstante, tras el descubrimiento, para una interpretación más detallada de las estructuras detectadas, lo que recomiendan los especialistas es realizar un análisis con los responsables de las excavaciones arqueológicas. Unas catas que durante estos dos últimos años han puesto patas arribas el corazón de la ciudad sin que la empresa encargada de acometerlas haya buscado el escondite, al considerar que no estaba entre sus competencias.

Ahora, lo que ya contempla Urbanismo, es realizar una cata, presumiblemente con una cámara, que permitirá conocer la conservación y dimensiones del refugio. Una vez comprobado el estado de la galería subterránea, el nuevo ejecutivo local tendrá que determinar si cataloga el refugio como Bien de Relevancia Local (BRL), tal y como contempla la ley de Patrimonio Valenciano, lo que daría al alcalde en funciones y candidato a la reelección, Carlos González, más argumentos para rescindir el contrato con Aparcisa, como prometió en campaña electoral.

Rescisión

La cuestión es si después de confirmar el hallazgo, el Ayuntamiento de Elche podría evitarse o no las indemnizaciones que tiene previsto pedir la concesionaria al Consistorio ilicitano por rescindir el contrato. Ese acuerdo, que firmó el Consistorio en 2015 recoge precisamente que «si durante la ejecución del contrato o como resultado de las excavaciones arqueológicas deviniese la imposibilidad de ejecución del objeto del contrato, se entenderá que forma parte del riesgo asumido por el concesionario, sin que pueda dar lugar, en ningún caso, a indemnización de los gastos en que el concesionario hubiere podido incurrir». En base a esa cláusula, plataformas opuestas al proyecto, como Salvem El Mercat, llevan años reclamando la búsqueda del refugio para finiquitar el proyecto con el parking subterráneo. Y más aún después de que trascendiera en un informe elaborado por el Ayuntamiento que la construcción de un aparcamiento subterráneo tal y como proyecta Aparcisa implicaría la destrucción del refugio de la Guerra Civil del Mercado.

In extremis

Ante la negativa de la Conselleria de Cultura a ordenar a la empresa concesionaria buscar el refugio en el transcurso de las catas y pese a defender por activa y por pasiva que ese cometido era responsabilidad del gobierno autonómico, el ejecutivo local cambió de parecer en el último suspiro del mandato. En el pleno de marzo dio luz verde a localizar la galería subterránea y pidió después permiso a la Conselleria de Cultura para realizar la prueba con el georradar.

Últimas catas

Entre tanto, la concesionaria del proyecto, Aparcisa, ha remitido ya a la Conselleria de Cultura el informe detallado sobre las últimas catas para seguir adelante con el proyecto. Pese al más de centenar de cuerpos de época islámica hallados, así como el vasto patrimonio hidráulico aparecido, Aparcisa confía en que pueda continuar con el contrato.

De hecho, la mercantil no abandona la idea de pedir la licencia de derribo del inmueble al Ayuntamiento, una vez reciba la valoración del gobierno autonómico. Algo que no espera que sea antes de un mes.

De este modo, la empresa está dispuesta a seguir con sus planes de tirar abajo el edificio y levantar uno nuevo con un aparcamiento subterráneo, tal y como firmó en el año 2015 con el gobierno del PP. Sin embargo, lo es cierto que todavía queda una cuarta fase de excavaciones que se deberán realizar entre el frontal del edificio y los Baños Árabes encontrados en el año 2014. Pese a ello, Aparcisa considera que el derribo tiene que ser antes de esas catas que quedan, amparándose en que el inmueble se vendría abajo.