Tomar el sol, pero con cabeza. Este es el mensaje que el personal sanitario lanzó ayer a las decenas de personas que participaron en el programa de cribado, información y prevención realizado en el edificio de consultas externas del Hospital General de Elche. Todo ello para disminuir las cifras de diagnósticos de casos cáncer de piel que el centro diagnosticó el año pasado: 421 de carcinoma basocelular, 144 carcinomas espinocelulares y 46 melanomas. El menos común pero el de mayor índice de mortalidad.

Como en la mayoría de patologías sanitarias, la prevención es la mejor medicina y, en este caso, es relativamente sencilla. Los experto inciden en la importancia de usar fotoprotector, no solo para ir a la playa o a la piscina, sino también en el día a día si la exposición va a ser prolongada. «Un paseo, ir a hacer la compra, practicar deporte al aire libre o salir a comer por ahí, son actividades en las que no solemos poner atención en cuanto a fotoprotección se refiere, pero la radiación nos da de la misma forma y es igual de dañina que cuando nos tumbamos a tomar el sol», señaló ayer Mari Ángeles Casillas, supervisora del área de Enfermería del departamento de consultas externas del Hospital General. Durante la jornada se repartieron muestras de protectores solares, adaptando el factor de protección al fototipo de piel de cada paciente. Este, de hecho, es otro de los errores más frecuentes, pues muchos pacientes eligen un factor de protección inferior al recomendado, por desconocimiento. «En las horas centrales del día hay que usar un factor de protección mínimo del 30. A primera hora de la mañana o a última de la tarde se puede rebajar, pero en las de máxima radiación, hay que aumentarlo, especialmente en personas de piel clara, ojos claros y pelo rubio o pelirrojo, que son las más que más riesgo presentan de sufrir lesiones», añadió. «Ni siquiera sabía que había protección de factor 100. Me la han dado porque soy muy blanca y en mi familia además hay antecedentes», señaló ayer una joven.

También recomiendan usar prendas con tejidos que protejan de la radiación, al igual que a la hora de escoger sombrillas, pues «estar a la sombra no es estar protegido», añadió la enfermera.

Una playa y una montaña dieron ayer la bienvenida a todos los pacientes que acudieron a Consultas externas, para lanzar el mensaje de que la protección es necesaria en cualquier lugar y actividad que se practique al aire libre. El personal sanitario también informó a los pacientes sobre cómo detectar las diferentes manifestaciones de este tipo de cánceres, que pasan, sobre todo, por poner el acento en manchas o lunares que adquieren formas irregulares, o presentan cambios de color de forma repentina.

Exploración

Los expertos recomiendan realizar autoexploraciones con regularidad, sobre todo si se tienen muchos lunares o pecas, ya que estas manchas podrían camuflarse y pasar más desapercibidas. La doctora Jaén, responsable de Dermatología señaló que «tanto la exposición solar a largo plazo como una exposición solar ocasional intensa y amplia, que suele provocar quemadura, producen daños que pueden desembocar en cáncer de piel».