Después de un largo periodo de bipartidismo sectario, en el inescrutable y perimetrado mundo político español, éste parecía verse ilusionado con nuevos actores que argumentaban y repetían con enorme entusiasmo un lema común a todos: HEMOS LLEGADO PARA REGENERAR LA DEMOCRACIA.

Debo confesar que a bote pronto el eslogan llega al lado más emocional, y fue lo que me hizo hace ahora seis años, en junio de 2013, empezar en un partido como Ciudadanos, pero que a la vez me generaba dos aspectos antagónicos, uno positivo; el loable y conveniente motivo de actualizar nuestro sistema democrático que como cualquier otro debe ponerse al día de las evoluciones sociales, técnicas , económicas, etc. acaecidas en sus 40 años de vida, otro negativo; basado fundamentalmente en la experiencia, mostrada con machaconería , de la actuación de los políticos de nuestro país que con facilidad se adaptan a los privilegios del estatus que adquieren al llegar al cargo y continúan otorgándose, este último es en el que ha acabado convirtiéndose el proyecto político que inicié en 2013.

A modo de reflexión sobre el eslogan, REGENERAR LA DEMOCRACIA trato de simplificarlo para poder entenderlo como ciudadano normal de a pie y me digo, sencillo, por fin dan con la clave los nuevos, aplicar: SENTIDO COMUN y evitar SECTARISMO PARTIDISTA y NEPOTISMO.

Con estos tres elementos, resuelto lo básico y fundamental de la REGENERACIÓN DEMOCRATICA, ¡¡Aleluya!!

Pues va a ser que NO, que continúan los tropezones del ser humano en la misma jodida piedra que debe llevar millones de años en el mismo sitio y nadie la quita.

Debe ser cierto que deslumbra, aturde y posiblemente enloquece de ego, aquel que pisa el mármol, moqueta y madera noble de los palacios en los que "trabaja" y la REGENERACIÓN DEMOCRATICA se diluye como azucarillo, pasando a ocupar el puesto de cabeza y en sus cabezas los intereses personales y clientelares.

Es precisamente esa disolución la que ha llevado a los españoles, en estas últimas elecciones locales, a concentrar de nuevo el voto en un bipartidismo que sale reforzado, no por sus aciertos, sino por los errores de aquellos que venían a REGENERAR LA DEMOCRACIA y que una vez probado "el terciopelo" de los sillones, dejan atrás sus principales valores fundacionales, que los de "la naranja" repetían allá por 2013: "vamos a cerrar las diputaciones, vamos a cerrar el Senado, vamos a implantar las primarias y las listas abiertas".

Una vez más siguen olvidando a los españoles que depositan su confianza y su dinero en la clase política, ya decadente, viendo como sólo una semana después de los comicios locales y europeos, mercadean con Ayuntamientos, Diputaciones y gobiernos autonómicos sus sillones y sus sueldos, olvidándose por enésima vez del pueblo, de la verdadera democracia, PARA SEGUIR INSTALADOS EN UNA PARTITOCRACIA REPUGNANTE.