El fiscal pide seis años y seis meses de prisión para un teniente del Ejército del Aire en situación de reserva por abusos sexuales a una soldado entre 2014 y 2016 en la Base de Alcantarilla (Murcia), unos hechos que el acusado ha negado en el juicio celebrado hoy.

La vista contra este teniente ha comenzado en el Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid con la declaración del acusado, a quien el fiscal solicita además que pague una indemnización a la soldado de algo más de 30.000 euros por las lesiones psíquicas y las secuelas sufridas.

Igualmente el fiscal pide que se prohíba al acusado aproximarse a la víctima a menos de quinientos metros y a comunicarse con ella por un periodo de siete años.

Antonio Suárez-Valdes, abogado de la acusación ejercida por la soldado, reclama catorce años de cárcel para el teniente y que éste la indemnice en algo más de 73.000 euros por las lesiones, las secuelas y los daños morales, así como elevar a 17 los años de prohibición a acercarse y comunicar con la víctima.

El fiscal mantiene que cuando ocurrieron los hechos, entre octubre de 2014 y marzo de 2016, el procesado ostentaba el empleo de subteniente y era jefe de la Secretaría del Departamento de Paracaidismo de la Jefatura de Estudios de la Escuela Militar de Paracaidismo "Méndez Parada" en la Base de Alcantarilla.

Según explica la Fiscalía en su escrito de acusación, el teniente, aprovechando las ocasiones en las que se encontraba a solas con ella, subordinada suya en la Secretaría, la sometía a situaciones verbales y físicas que atentaban contra su libertad e indemnidad sexual gravemente intimidatorias y humillantes por su reiteración e intensidad.

Añade que acabaron provocando en la víctima una enfermedad psíquica que se prolongó en el tiempo y por la que necesitó tratamiento.

El fiscal relata que el acusado cerraba la puerta de la oficina con el pestillo y llegó a masturbarse delante de la soldado y a realizarla tocamientos.

Agrega que el 14 de enero de 2016, con ocasión de un trayecto desde la Base de Alcantarilla hasta el hospital militar de Cartagena, en el que ella iba conduciendo y él de copiloto, se volvió masturbar.

La Fiscalía señala que ante la situación de desesperación en la que se encontraba la soldado y considerando que no estaba teniendo respuesta por parte de sus mandos, a los que ya había comunicado lo que estaba aconteciendo, decidió hacer una fotografía del hombre cuando ambos estaban a solas en la oficina y él se estaba masturbando delante de ella el 4 de marzo de 2016.

Cinco días más tarde la mujer mostró la fotografía a un comandante superior suyo, que decidió en ese momento activar el protocolo de protección frente al acoso.

El fiscal indica que toda esta situación generó en la soldado sentimientos de malestar, humillación y ansiedad que desembocaron en su baja médica desde el 18 de marzo de 2016 hasta el 10 de octubre de 2017, periodo en el que permaneció en tratamiento psiquiátrico y psicológico y precisó también de apoyo psicosocial.

Como consecuencia del hostigamiento y las humillaciones sufridas la mujer sufrió lesiones psíquicas consistentes en un cuadro ansioso depresivo y como secuela le ha quedado un trastorno de estrés postraumático crónico, siempre según la Fiscalía.

Según han explicado fuentes jurídicas a Efe, en el juicio que ha comenzado hoy y que se celebra a puerta cerrada el acusado no se ha reconocido como la persona que aparece en la fotografía que tomó la mujer y ha negado haber abusado de ella.

También han declarado hoy peritos psicólogos militares, quienes han indicado que el estrés postraumático que presenta la soldado es compatible con los hechos que ella dice que sucedieron.