P ¿Qué supone para usted participar en un ciclo literario por el que este año han pasado ya Juan José Millás o Elvira Sastre?
R Tengo un sentimiento de gratitud hacia la organización, hacia la asociación Frutos del Tiempo. Me siento honrado porque es un ciclo en el que han participado escritores de primera línea, como los mencionados o como Landero y Sánchez Rosillo, a los que admiro mucho. Llevo más de 25 años afincado en Elche y me alaga que hayan contado conmigo para este encuentro.
P Desde Elche o la provincia, ¿es difícil abrirse paso en el mundo de la literatura?
R Hace muchos años que el mundo de la literatura está globalizado. El efecto de internet ha desdibujado la esfera provincial de escritores. Yo he tenido suerte con mis publicaciones, en las que alterno la prosa con la poesía. Mi nombre es más conocido como autor de poesía y últimamente giro en torno a los libros del yo: diarios, cuadernos de viaje u obras de carácter autobiográfico, como mi última publicación, El sueño de los vencejos.
P Ha citado el efecto de internet, ¿cuál es su aportación?
R Cuando publiqué mi primer libro, hace 30 años, el mundo era muy distinto, no había llegado aún la revolución de las redes sociales. Lo que ha hecho internet ha sido crear plataformas para que muchas personas puedan publicar de manera alternativa. Ciertos autores se han dado a conocer por estos medios, como es el caso de Elvira Sastre. Sus vídeos en YouTube la llevaron a ser cortejada por los editores. Ha surgido un público juvenil y también autores juveniles, con expresión naif. Es un fenómeno que no pasa desapercibido para los que quieren vender libros.
P ¿Qué le sugiere el título «La dignidad de la palabra»?
R Es un título bonito, me gusta. También hay palabras y silencios indignos. Podemos hablar del alcance ético y moral de la palabra. La literaria es una de las palabras más dignas que hay. En estos tiempos de crispación política y enemistad, la palabra literaria siempre es necesaria.
P ¿Qué proyectos tiene?
R No tengo un programa previo de publicación, los libros me vienen de forma natural. Lo que quiero ahora es leer porque la escritura para mí surge de la necesidad de leer, es mi modo natural de estar conectado al mundo.
