Y los ¡vivas! a la Mare de Déu y al Cristo Resucitado impregnaron la basílica de Santa María con un manto de aleluyas que dejó a todos emocionados. La previsión de lluvia empañó ayer la tradición de la procesión del Domingo de Resurrección, que no pudo salir a las calles para acompañar a la Virgen de la Asunción al encuentro con su hijo. Esta vez se repitió la estampa de 2005 y para evitar la suspensión total de la procesión, finalmente se optó por realizar una breve procesión de media hora en el interior de la basílica, que culminó con la misa del obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, Jesús Murgui.

A pesar de que la liturgia no se vivió por las calles, el sentimiento estuvo y los innumerables vivas a la patrona y al Cristo Resucitado se hicieron sentir por parte de los cientos de devotos al ritmo que marcaba el párroco de Santa María, Ángel Bonavía, a través del micrófono. Amenizado musicalmente estuvo además el encuentro entre los dos pasos en el pasillo central donde se sucedió un cancionero católico acompañado de piezas interpretadas al órgano por Javier Gonzálvez, actual mestre de capella del Misteri, que finalizaron con el Himno Nacional. El clamor popular se sentía cada vez que los pasos eran portados por el templo con miles de aleluyas de colores que los asistentes lanzaron desde los balcones de la basílica para cubrir hasta el último rincón, donde se apreciaba el manto del VI centenario de la virgen cargado de papeletas de colores que representaban la alegría por la resurrección de Cristo. A pesar de las buenas intenciones, el tiempo no dio tregua y Elche no pudo lanzar todas las aleluyas que se esperaban de esta tradición, de las más antiguas de la ciudad, ya que la amenaza de las lluvias provocó que esta devoción estuviera limitada al aforo de la basílica, con largas colas para salir después del acto litúrgico, y por lo tanto una gran parte de los dos millones de aleluyas que se imprimieron se quedaron guardadas para el año que viene en las casas de los más fieles, que esta vez no pudieron rendir honores a su patrona desde los balcones.

Comitiva

Durante la procesión acompañaron a los pasos los cargos de honor, entre ellos la tripleta de 2019 encabezada por Antonia Ruiz Agulló como trencaora del Guió, así como miembros de la corporación, entre ellos el alcalde, Carlos González, además de representantes de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades, el pregonero de la Semana Santa, Óscar López y la Unió de Festers del Camp d'Elx como entidad abanderada.

La Resurrección se llena de gloria en Crevillent y la lluvia da una tregua en la procesión

Crevillent despidió ayer la Semana Santa con el tradicional vuelo de palomas que salieron del manto de la Regina Pacis tras el encuentro con San Juan, un rito que simboliza la alegría tras el anunciamiento de la resurrección de Jesucristo. A pesar de que la Federación de Cofradías y Hermandades emitió un comunicado avisando que era posible que se suspendiera la procesión en el exterior por las lluvias, como ocurrió el Viernes y Sábado Santo, finalmente cientos de crevillentinos pudieron ver el paso de luto de la Virgen de la Soledad a la Virgen de la Alegría con el despliegue de su nuevo manto azul y el vuelo de palomas.