Adolfo Martínez Roca, un ilicitano amante de las tradiciones, que desde muy joven, con su cámara de video a cuestas, se hizo popular y muy querido por todos aquellos que quieren y respetan cada uno de los fenómenos culturales, festivos y sociales de la ciudad de Elche, ha fallecido de forma repentina a los 40 años de edad.

La muerte la ha sobrevenido después de recibir el alta hospitalaria. Había ingresado en el Hospital por una neumonía hace unos días y los facultativos le dijeron hoy que podía marchar a casa, según fuentes familiares. Al llegar a su domicilio se ha desplomado sin que los servicios médicos que han acudido al lugar hayan podido hacer nada por él.

Adolfo, una persona que desbordaba simpatía allí donde iba, que se hacía querer y respetar, incluso por los profesionales de los medios, que nunca buscaba enemigos y siempre amigos, se ha ido, al parecer, tras sufrir un infarto, algo que tendrá que confirmar la autopsia. Sus restos mortales han sido trasladados a Alicante. Era admirado y querido por Moros y Cristianos, por las hermandades de la Semana Santa, por la Venida de la Virgen, por la Gestora de Festejos Populares, las redes sociales se están volcando con la desolación de sus padres y hermanos. Comenzó con la cámara de video hace 20 años y dedicó media vida a reflejar cómo han evolucionado las fiestas de Elche, sin pedir nada a cambio. Siempre con una sonrisa de complicidad y amistad. Descanse en paz. Sus restos mortales serán trasladados mañana al Tanatorio de l'Aljub y el sepelio tendrá lugar el sábado

a las 11 horas.

El fallecido era miembro de la junta directiva de la Asociación de Vecinos de Poeta Miguel Hernández.