La celebración de la Pascua no sería lo mismo sin los dulces de siempre, por eso en Lozano redoblan esfuerzos en sus hornos, mañana y noche, para dar respuesta a la cada vez mayor demanda de éstos, ya no sólo en Elche y provincia, sino en otros lugares como Murcia, Albacete o Valencia.

Por eso, como todos los años, monas y fogasetas tradicionales se hacen ya hueco no sólo en los escaparates de sus confiterías, sino en las alacenas de miles de hogares, que todos los años acogen esta festividad aguardando el regreso de estos manjares de toda la vida.

17.000 monas tradicionales y con huevo duro o de chocolate; bañadas y con huevo de chocolate; o rellenas de crema, de trufa, de merengue, nata y crema de chocolate. Pero también, los genuinos buñuelos de viento y las torrijas caseras. Y como siempre, todo elaborado de forma artesanal, siguiendo la receta original. Una a una, a mano.

Una demanda que, lejos de desaparecer, cada año va a más, lo que garantiza, al menos de momento, que esta tradición no se pierda. Unas fiestas que en todo el territorio ilicitano se extienden desde el Domingo de Ramos hasta el ‘lunes de mona’, que los ilicitanos celebran pasando una jornada festiva al aire libre, en las playas o el Pantano, en la que no falta la comida o merienda, y cómo no, la degustación de la típica fogaseta.

La apuesta por las materias primas de calidad así como el respeto por las recetas originales y los procesos artesanales, como es la triple fermentación, son la clave para que, hoy en día, podamos seguir disfrutando del sabor auténtico y genuino de los dulces que antaño elaboraban ya nuestros abuelos.

Otro de los dulces tradicionales que se consume en Elche durante el año es el roscón de Reyes. Por este motivo, los hornos de la provincia funcionaron a toda máquina las últimas Navidades, casi sin parar, con turnos que arrancaban a las 3 de la madrugada y que finalizaban a las 10 de la noche. El objetivo estaba claro: cocinar los 1,5 millones de roscones que se consumieron a lo largo y ancho de la provincia y los que también se exportaron al extranjero. En total, este negocio mueve unos 18 millones de euros y, en comparación con hace diez años, el consumo ha aumentado en un 15%, una vez que la gran crisis económica se ha quedado atrás.