Desde la iglesia de San Juan Bautista, en el barrio de El Raval, salió ayer la procesión de la Hermandad de la Hermandad de la Santa Cena, con el objetivo de realizar una estación de penitencia de casi cinco horas de duración. Una penitencia que afronta cada año la cuadrilla de costaleros, que se reparten los aproximadamente 1.500 kilos que pesa el paso de misterio de la Santa Cena, que cuenta con las imágenes de Jesús y los doce apóstoles, en torno a una mesa.
La entidad, explicó ayer su hermano mayor, Francisco Sánchez, cuenta con una plantilla de 45 costaleros, que «son todos los que caben debajo del paso, ya que no hay hueco para más personas». A ellos se les suman unos pocos suplentes, pero la mayoría realiza el recorrido completo, desde que la hermandad empieza la procesión en la iglesia de San Juan Bautista hasta que regresa a la misma parroquia, después de recorrer numerosas calles de El Raval y pasar por la Plaça de Baix.
«Pese a tener uno de los tronos más pesados de la Semana Santa ilicitana, podemos afirmar que nunca hemos tenido falta de costaleros», aseguró Francisco Sánchez, antes de que su hermandad saliese a la calle, rodeada de una gran expectación.
Fueron muchas las personas que ayer por la tarde se congregaron en la plaza de San Juan, para ver como las puertas de la iglesia se abrían pasadas las 19 horas para que empezarán a salir los nazarenos de la Santa Cena, y, posteriormente, el paso, que cargaban los costaleros.
«Solemos estar casi cinco horas en la calle», apuntaba Francisco Sánchez, que destacaba que poco a poco van completando las tallas del paso de misterio. De hecho este año, además de la restauración de dos de los apóstoles, San Juan y San Simón, ha completado el tallado de la parte trasera del trono.
Impulso
De esta forma, la hermandad que se refundó en el año 2000 por el impulso de cinco matrimonios de la ciudad, mantiene firme su compromiso de seguir mejorar el patrimonio con el que sale a la calle cada Lunes Santo en Elche.
El grupo escultórico que está restaurando por etapas, es el que realizó artista Antonio Mengual, y participa en la Semana Santa ilicitana desde el año 2001.
