Publica su primer libro, Te cambio mi vida
Es un libro de relatos de género negro. Todos tienen el nexo común de la criminalidad y la muerte. Algunos son costumbristas y otros he intentado que se asemejen al género negro americano. He profundizado en las cuestiones psicológicas de los personajes para conmover al lector.
Lleva más de treinta años trabajando como policía y ahora ha decidido publicar su primer libro, ¿cómo ha sido este paso?
Escribo desde antes de ser policía pero nunca había publicado. Tengo mucho material escrito, sobre todo poesía. Los versos son un elemento cohesionador de muchas cuestiones criminales, en las que se dan situaciones poéticas y de sentimientos entre delincuentes, policías y víctimas. Gané el premio de cuentos navideños de Radio Elche siendo un crío y he hecho mucha narrativa y cuentos de forma más seria. Lo que me decidió a publicar fue la formación en los talleres de creación literaria que compartí con Mariano Sánchez Soler, al que ya conocía de antes.
¿Su experiencia profesional le sirve para crear historias?
Son 30 años y el tiempo no pasa en balde. En los noventa estuve trabajando en radiopatrulla en la calle en el servicio nocturno. Eso me dio la experiencia de hablar con los delincuentes. Hay muchos guiños de cosas que me han pasado. Ninguna historia es completamente real pero aparecen retazos de situaciones y conversaciones. Uno de los relatos es un homenaje a mi infancia porque conocía al delincuente que asesinó a un hombre en Elche y me he metido en su piel.
¿Elche es un buen escenario para un libro de género negro?
Ha cambiado mucho. Cuando entré en 1988 en la Policía estábamos en el boom de la heroína, con una problemática terrible. Los Palmerales era un supermercado de la droga de toda la provincia. Había muchos delincuentes por su adicción a la heroína, unos simples cacos. Ahora la delincuencia ha cambiado, está mucho más organizada. No actúan bajo ningún síndrome y tienen más maldad. Se apoyan en la tecnología, buscan la estafa. No hay apenas sirla en la calle.
¿Los delitos informáticos forman parte de sus relatos?
No, me he centrado más en profundizar en el aspecto humano de los protagonistas. Desde un verdugo hasta casos de venganza sutil, pasando por condenados a muerte. Hay mucha documentación, no quería que fueran relatos localistas ni un anecdotario. Me he trasladado a Brasil o a cárceles estadounidenses. La gasolina de mi vida ha sido la lectura y es lo que he querido reflejar en este libro.
¿En qué tipo de lecturas se ha inspirado para escribir el libro?
En primer lugar, en la novela negra, que se dice que está en auge y es algo con lo que discrepo. Creo que nunca ha dejado de estar en auge porque nos interesa mucho la vida y la muerte, los problemas de los demás, el dolor ajeno. Cuando uno lee una historia así, se mira luego en el espejo y siente alivio. He leído a muchos autores estadounidenses y españoles y también a algunos franceses y nórdicos, aunque me gustan menos.
¿Cuáles son sus autores de cabecera en la novela negra?
Raymond Chandler, Dashiell Hammett, Ross Macdonald, Chester Himes, Jim Thompson? Los que bajaron el crimen a la calle, que es lo que me interesa. Dejaron atrás los asesinatos con cicuta entre jarrones chinos para pasar a las palizas y los tiros en la cabeza. Y luego los españoles, que me dan cercanía. Me quedo con el grupo de Barcelona: Vázquez Montalbán, Andreu Martín, Carlos Zanón, Juan Madrid?
¿Tiene otro libro en mente?
Tengo casi acabada una novela basada en un crimen que sucedió en Elche, no es reciente ni tampoco muy antiguo. Es una novela, no un reportaje, en el que indago sobre la mente del asesino. Me he documentado mucho.
