El campo de Elche esconde una infinidad de pozos, la mayoría situados en casas abandonadas y otros próximos a caminos que han encendido las alarmas de la Policía Local y les han obligado a movilizarse. En tres años, el Ayuntamiento ha conseguido sellar más de una treintena de aljibes y zanjas con riesgo de producirse caídas, evitando así desgracias. Por contra, sí que hay arquetas de riego a pocos metros del casco urbano y en zonas transitadas que permanecen abiertas, como ocurre en el carril bici de la Ronda Sur, donde hay hasta tres socavones de un metro y medio de profundidad al descubierto. Algo que ha generado quejas por el riesgo a que se produzcan caídas o tropezones.
Avisos y batidas: La Policía Local actúa ante los avisos vecinales y batidas rutinarias y cuando encuentra pozos o aljibes abiertos activa el protocolo para que el departamento de Urbanismo proceda al sellado
La preocupación ciudadana ha hecho que en la mayoría de casos sean los propios vecinos los que avisen de la existencia de zonas de riesgo, sobre todo a raíz de la fatídica muerte de Julen, el niño que se precipitó por un pozo de 30 metros en Totalán. Pero también, a través de las inspecciones rutinarias son los propios agentes los que avistan los socavones. Como ejemplo, cuando se encuentran con casas abandonadas, por protocolo se revisa si existen pozos.
En Elche no se han registrado incidentes en las últimas dos décadas, pero fue, precisamente después de la muerte de un niño de 10 años, tras caer a un pozo del Pantano de doce metros de profundidad en el año 2000, cuando la Policía reforzó la vigilancia y, de hecho cuenta con una unidad, la de Medio Ambiente, encargada específicamente para tareas de este tipo.
Pese a ello, este año todavía han seguido apareciendo pozos en las pedanías de Elche sin protección. Todas ellas han sido ya selladas, según la Jefatura.
Los casos
Como ejemplos, solo en seis días, los agentes han intervenido en siete casos, todos ellos en enero. En Daimés actuaron ante un aljibe abierto; en Balsares, en un pozo tapado con grandes piedras; en Altabix hallaron dos pozos cercanos a los Autobuses urbanos con peligro y señalizados con vallas; en Perleta encontraron una zanja descubierta de grandes dimensiones; en Torrellano registraron un pozo de unos siete metros cerca de un camino de paso, tapado con palés, pero con peligro; y el Alzabares Alto se encontraron con un respiradero gran profundidad con una única protección de reja metálica.
La labor que realizan los agentes cuando detectan una zona de riesgo pasa por encintar, asegurar, y comunicar la ubicación directamente al responsable del departamento de Urbanismo para que comisione a operarios al lugar y proceda a sellar el punto conflictivo.
En los tres últimos años han intervenido sobre todo en pedanías costeras como en La Marina, y El Altet, pero también se han dado casos en Altabix, Valverde, Perleta, Las Bayas, Peña de las Águilas, Jubalcoy y Puertas Tahúllas. Los aljibes y pozos abiertos o tapados de manera deficiente y de balsas sin vallar en fincas rústicas son los más comunes.
