Edificios de cada barrio de la ciudad tendrán sismógrafos para comprobar durante un periodo de tiempo cómo se comportan ante las vibraciones que se producen a diario, en una provincia que sufre un terremoto cada cuatro días. Estos aparatos servirán para medir la resistencia de las estructuras de los inmuebles, a través de la investigación pionera que está realizando desde hace un año la Universidad de Alicante (UA) en colaboración con el Ayuntamiento para detectar el riesgo sísmico que hay en Elche y poder prevenirlo.

A partir de ahora, ambas instituciones pedirán permiso a las comunidades de propietarios para colocar los sismógrafos en edificios concretos según el año de construcción, la tipología constructiva y el barrio. Será el último paso de un estudio en el que ya se ha detectado que Carrús es la zona de la ciudad más vulnerable, debido a que se encuentra más próximo a la falla de Crevillent y también por la antigüedad de los edificios que hay construidos en este enclave, tal y como ayer explicó el edil de Urbanismo, José Manuel Sánchez. El Toscar, la zona centro y la parte más antigua de Altabix también se encuentran dentro de ese mapa de las zonas con más riesgo ante un temblor al concentrar las viviendas más antiguas de la ciudad.

No obstante, según reconocieron los investigadores, Sergio Molina y José Antonio Huesca, en líneas generales todo el parque inmobiliario de la ciudad es vulnerable ante un seísmo, ya que el 80% de los inmuebles de Elche se construyó antes de los años setenta y, por lo tanto, no están sujetos a una normativa de prevención sísmica obligatoria desde los años noventa para levantar edificios. En cifras, se estima que hay 18.000 inmuebles en el término municipal ilicitano, que presentan una mayor amenaza ante un temblor de tierra, de los 28.400 que hay en total.

Aparte de esa vulnerabilidad a los seísmos vinculada a la antigüedad de las viviendas, otra de las características que presenta el suelo de Elche es que es blando, lo que amplifica más el movimiento del suelo y hace que se noten más los temblores. La otra circunstancia que influye en Elche es que no solo está cerca la falla de Crevillent, sino también la del Bajo del Segura, que es la que liberó energía hace unas semanas, frente a la costa de Torrevieja, con una intensidad de 4 grados en la escala Richter, y se sintió en la ciudad ilicitana y otras tantas de la provincia.

Avances

Esta investigación, financiada en parte por el Ministerio de Economía y fondos europeos, se está llevando a cabo gracias a la firma de un convenio entre el Ayuntamiento y la UA. Los expertos han entregado un informe científico al equipo de gobierno tras hacer simulaciones de varios terremotos en la falla de Crevillent y en la del Bajo del Segura para cuantificar su impacto en el término municipal ilicitano.

La previsión es que, tras las siguientes pruebas que pasan por colocar los sismógrafos en los edificios, los expertos puedan entregar en junio el primer borrador de la investigación y que en octubre puedan tener acabado el proyecto para dar a conocer cuáles han sido sus conclusiones.

Un mapa sísmico que sirve para decidir dónde abrir dotaciones públicas

La investigación permitirá planificar el futuro desarrollo urbano de la ciudad y elaborar un plan de prevención

Saber dónde construir edificios públicos a largo plazo, como, por ejemplo, hospitales y dónde no hacerlo. Es una de las informaciones que podrá ofrecer el estudio sobre el riesgo sísmico en Elche, en pleno desarrollo, ya que definirá qué zonas del suelo del término municipal reúnen las mejores y peores condiciones ante un posible terremoto, tal y como explicó ayer el edil de Urbanismo, José Manuel Sánchez.

El Ayuntamiento tendrá en cuenta los resultados de esta investigación a la hora de desarrollar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), cuyo documento inicial ya está listo para reenviarlo al Consell y a partir de ahí realizar las modificaciones pertinentes para su aprobación. Este plan servirá para planificar el futuro desarrollo urbano del término municipal.

Asimismo, el estudio de riesgo sísmico que está dirigiendo la Universidad de Alicante también se tendrá en cuenta en la ordenanza que regule la inspección técnica de edificios o en cualquier otro documento municipal.

El estudio servirá, también, para desarrollar el Plan de Actuación Municipal frente al Riesgo Sísmico y poder planificar adecuadamente la gestión de las emergencias.

La concienciación

Los expertos inciden, en este sentido, en la importancia de estar preparados ante lo que pueda ocurrir. La concienciación, los simulacros y la preparación de los recursos son algunos de los ejes que defienden los investigadores, quienes también inciden en la necesidad de huir del alarmismo, y centrar la atención en la importancia de contar con un escenario de daños. Lo importante es tener información de antemano para prepararse ante un movimiento de tierra, que, al fin y al cabo, no se puede evitar.