La empresa municipal, Pimesa, ha dado luz verde en su último consejo de administración, con el voto en contra de parte de la oposición, a una ayuda extraordinaria de 40.000 euros a la Fundación del Deporte después de que ni en estos cuatro años de este mandato ni en los anteriores en que gobernó el PP se realizara labor de mecenazgo alguna. Todo ello se ha producido en un año en el que el Ayuntamiento tiene los presupuestos prorrogados por falta de acuerdo entre el equipo de gobierno, que está en minoría, y la oposición. La Fundación del Deporte no puede percibir de la Administración local más que los 80.000 euros que ya recibió en 2018 y lo que se solicitaba era un «extra», de hecho en la petición realizada en marzo se pedía una donación dineraria «de 40.000 euros o de la cantidad que el consejo de administración estimara conveniente». La inyección económica a la entidad impulsada para ayudar al deporte base y amateur fue aprobada por PSOE y Partido de Elche, con los votos en contra del PP e Ilicitanos por Elche y la abstención de Cs. Pese a salir adelante y estar dentro de la legalidad, ya que cualquier empresa puede realizar aportaciones y así lo permite la ley de mecenazgos, el aporte de Pimesa ha acabado generando controversias y generando dudas. Además de ese dinero público, la entidad se nutre de fondos propios y de aportaciones privadas.

«Es insignificante»

El argumento que dio el edil de Deportes, Jesús Pareja, para defender la subvención otorgada es la necesidad de ayudar a dos clubes, el de Balonmano y el de Voleibol, «porque tienen fases finales y tienen que atender gastos». En este sentido, el portavoz del Partido de Elche señaló además que se trata de una «cantidad insignificante para lo que necesita el deporte, ya que la fundación se encarga de ayudar a deportistas individuales y a clubes». Ha sido durante este mandato cuando la Fundación del Deporte ilicitana ha conseguido sanearse y tomar impulso, tras acumular años de deuda de hasta 360.000 euros con clubes y proveedores. Sin embargo, no es la primera vez que las fórmulas que emplean para financiarse no son bien recibidas en todos los sectores del Ayuntamiento ilicitano.

Uno de los ejemplos es el de la instalación de vallas publicitarias en instalaciones deportivas para conseguir ingresos y destinarlos también a ayudas. En aquel caso, los espacios promocionales colocados en suelo público generaron polémica, entre otras cosas, porque se pusieron sin tener el permiso de Urbanismo.