n El hallazgo explica, según los investigadores del Imperial College de Londres, liderados por la doctora Simoni Di Giovanni, por qué personas que han llevado un estilo de vida activo se recuperan en mayor medida después de una lesión medular que aquellas con estilo de vida más sedentaria.

El trabajo se encuentra en una fase temprana «pero es muy esperanzador», insisten los investigadores, para vincular a ensayos clínicos en pacientes humanos y tratar la recuperación posterior de una lesión en la columna vertebral.

Estímulos ambientales

«Esencialmente, al aumentar la actividad de las neuronas que detectan estímulos ambientales, hemos sido capaces de promover el potencial generativo de los nervios después de una lesión de la médula espinal», explica Di Gionvanni, coordinadora del estudio. «Descubrimos que el enriquecimiento ambiental, como alojar ratones en una jaula más grande de lo habitual, con otros ratones, más juguetes, túneles, columpios, ruedas, etc. aumenta la actividad de las neuronas. Esto conduce a cambios en la expresión génica que hacen que el nervio sea más propenso a regenerarse», concluye la nota.