El expresidente Aznar visita nuestra ciudad y, seguramente, todos le harán saber del Misteri d'Elx, de la Dama, de nuestras playas, de nuestros palmerales... pero yo quisiera que alguien también le dé a conocer que Elche es ciudad de acogida y que lo más bonito de Elche son las personas, nacidas o llegadas aquí, que no hacen de la vida un sinvivir,si no un convivir.

A mí me pasa, que saber de usted es acordarme de muertos. Sí, acordarme del grito NO A LA GUERRA que en 2003 miles de personas dimos juntas por las calles de Elche entre la indignación y la inverosimilitud de lo que parecía iba a pasar, pues salimos para evitar esos muertos porque no queriamos que España fuera cómplice de la invasión a Irak, con la excusa de despojarla de armas de destrucción masiva, que nunca se encontraron, y que todo apuntó a ser una estrategia política y económica que nos causa bochorno cada vez que se recuerda.

Y más muertos también me evoca su nombre, los muertos de la valla de Melilla, esa "arquitectura del odio" dónde se observa la más amplia muestra de racismo.

La valla de Melilla fue construida por el gobierno de Aznar en 1998, 12 km de longitud por 6 m de altura. Es una triple valla hecha de concertinas,de cuchillas,malla antitrepa y el refuerzo con sirga tridimensional (que engancha a los miembros del cuerpo) una crueldad horrorosa y comprobado está que ni está valla ni la de Ceuta, ni ninguna valla del mundo va a detener el flujo migratorio, al contrario fomenta las mafias y también genera intereses económicos de dudosa buena conciencia.

No siempre hubo vallas, no siempre se impulsó la separación de dos mundos con violencia, algunos melillense recuerdan que en su infancia cruzaban y jugaban al fútbol con los niños marroquíes y después volvían a casa.

No se preocupe Sr. Aznar después de su visita a Elche también podrá volver a su casa, aquí no ponemos vallas a nadie y a todos recibimos con mayor o menor gratitud lógicamente, pero venga tranquilo que mucha gente le admira aunque bien no sé por qué, ni posiblemente ellos tampoco, lo importante es que usted se sienta con ganas de reconocer, reparar y no olvidar a sus muertos.