El tribunal de jurado convocado ayer para juzgar un macabro caso de asesinato y descuartizamiento en agosto de 2016 en Torrevieja tuvo que disolverse debido a que el principal acusado murió el viernes en la cárcel donde ingresó tras su detención por el crimen en febrero de 2017. El presunto autor dejó una carta antes de morir, en la que exculpaba a la otra principal implicada del caso, también acusada inicialmente de retención ilegal, asesinato, robo, allanamiento de morada y encubrimiento.

La mujer, que era la empleada del hogar que cuidaba a la madre del presunto autor del crimen, fue condenada a siete años de prisión después de que la acusación retirara los cargos por asesinato. Sí cumplirá cuatro por estafa, dos por encubrimiento y uno por retención ilegal. Durante el secuestro y antes del crimen, tanto ella como el acusado, según reconoció ante el juez, cogieron el teléfono móvil de la víctima, un hombre de 62 años, y transfirieron 800 euros desde la APP del banco a una cuenta de ella.

Después, trataron de pedir un préstamo de 2.400 euros, también a nombre del hombre, aunque no lo lograron, según reza el escrito del Ministerio Público. En la causa había un tercer implicado, la pareja de la mujer, acusado por encubrimiento, aunque ayer se retiraron los cargos.

Los hechos se descubrieron el 31 de agosto, cuando la cabeza del fallecido apareció en el vertedero de Urbaser en Elche. Dos días después, en el mismo lugar, aparecieron las dos piernas, con los pies, así como una bolsa con masa del tejido visceral, con el corazón, pulmones y el resto de órganos, según el relato de hechos del Ministerio Fiscal.

Desaparición

El fallecido vivía solo en Torrevieja, sin apenas familia, y no fue hasta noviembre de ese mismo año cuando sus familiares denunciaron su desaparición, por lo que en un principio no se relacionaron esos restos con el caso.

Para no levantar sospechas entre los vecinos, el autor material del asesinato cogió el vehículo de la víctima, lo llevó a las afueras de Torrevieja y le prendió fuego, quedando completamente destruido. El inicio del conflicto se sitúa en el 26 de agosto, cuando fruto de una disputa que víctima y acusado mantenían por unas plazas de garaje que tenían en el mismo edificio, el primero se personó en casa del segundo, y empezaron a discutir. En un momento dado, el acusado acabó dándole un fuerte golpe con un objeto contundente a la víctima, lo que aprovechó para atarlo de pies y manos y retenerlo varios días en su domicilio, antes de acabar con su vida, según sostenía la Fiscalía.

El arresto se produjo seis meses después de que perpetrara el crimen, el tiempo que tardó la Policía en concluir la investigación, de la que se extrajeron los hechos que le imputaba el Ministerio Público. La detención se realizó el 31 de enero de 2017 y, al día siguiente, la Policía Científica realizó un registro en la vivienda donde se produjo el descuartizamiento con una sierra manual. Según el escrito de acusación, los dos implicados limpiaron la vivienda para no dejar restos, llegando incluso a pintar las paredes. La mujer también había estado en prisión preventiva por estos cargos, por lo que continuará en prisión hasta cumplir la pena.