«Compuestos de oro en diagnóstico y terapia» es el título de la conferencia que ha impartido la profesora de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH), centro mixto del CSIC y de la Universidad de Zaragoza, María Concepción Gimeno Floría.

Según la ponente, el cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, ya que todavía no se dispone de un tratamiento eficaz para todos los tipos de tumores. La quimioterapia es el tratamiento más utilizado a pesar de sus efectos secundarios y su ineficacia frente a algunos tipos de tumores. Uno de los objetivos que se han marcado los investigadores es la preparación a medida de compuestos de oro que posean una selectividad específica hacia células cancerígenas; es decir, la unión al átomo de oro de las moléculas adecuadas para que pueda ser transportado específicamente a las células tumorales. Con ello, según la investigadora Gimeno, evitarían los efectos secundarios causados con la quimioterapia en las células sanas. También, se analiza cómo actúan estos compuestos en las células y las diferentes posibilidades existentes para mejorar su eficacia.

Asimismo, la investigadora señala que otra de las formas de avanzar en el campo de la medicina es conocer la distribución de los medicamentos dentro de la célula y su interacción con moléculas como el ADN, proteínas o enzimas. Para ello, es de gran utilidad la microscopia de fluorescencia, que es una técnica que no acarrea ningún riesgo al paciente. Esta técnica permitiría mejorar aquellos aspectos de diseño de los medicamentos que limitan su uso y eficacia. Esta técnica necesita que los medicamentos posean unas propiedades fluorescentes idóneas que los fármacos actuales no tienen. El diseño de estos nuevos compuestos fluorescentes adecuados para su uso, tanto en diagnóstico como en terapia, es otro de los objetivos.

Estos compuestos están formados por dos fragmentos bien diferenciados, uno que aporta la acción terapéutica y el otro las propiedades luminiscentes necesarias. Esta combinación permite estudiar cómo atraviesan la membrana celular y se distribuyen dentro de la misma, lo que da una información crucial para conocer su mecanismo de acción y poder hacer las variantes sintéticas necesarias para su mejora. Otra aproximación a la quimioterapia es el uso de luz para la cura de enfermedades.

La localización de compuestos metálicos activos en las células cancerígenas y la aplicación posterior de una fuente de energía no dañina para el organismo permitirá destruir selectivamente las células tumorales. Una vez más, el diseño y síntesis de estos compuestos metálicos son cruciales, ya que se necesita que selectivamente penetren en las células cancerígenas y queden ahí retenidos para que cuando se aplica la fuente de luz externa propicien un proceso controlado de emisión de calor o generación de especies tóxicas que destruyan las células enfermas.