Muchos vecinos de los barrios y de las pedanías de Elche expresan sus quejas por el hecho de que las plazas y las calles de su entorno, por lo general, presentan un aspecto mucho más sucio y descuidado que los enclaves del centro histórico de la ciudad. El caso de la plaza y del entorno del Centro de Congresos puede servir como excepción a estas quejas y reivindicaciones históricas. La zona situada junto al edificio que acoge las convenciones y los seminarios más importantes que se celebran en Elche al cabo del año no presenta el mejor de los aspectos.
Simplemente basta con dar una vuelta por la plaza del Centro de Congresos para percibir la sensación de dejadez que existe en cuanto a su mantenimiento. Esto supone un gran contratiempo para la imagen que proyecta Elche hacia el exterior, ya que muchos visitantes que llegan a la ciudad para participar en congresos no tienen tiempo para visitar otros lugares ilicitanos. A primera vista se puede apreciar que muchas de las zonas destinadas a jardines carecen de césped y que también faltan palmeras que ofrezcan sombra.
Las imágenes que deja la plaza del Centro de Congresos muestran los desperfectos que tienen muchos de sus bancos de madera, lo que dificulta sentarse con comodidad en un lugar que sirve de punto de encuentro de muchos ilicitanos, sobre todo conforme se va acercando el fin de semana. La mayoría de estos bancos se apoyan sobre estructuras de cemento que están agrietadas y el pavimento presenta manchas que requieren una limpieza importante. Los tapetes levantados en las zonas de césped sintético, las pintadas o las manchas en las propias paredes del edificio del Centro de Congresos contribuyen a deslucir el recuerdo que se llevan de la ciudad muchos visitantes.
Otros inconvenientes
La sensación descuidada que presenta este entorno tiene otros agravantes. Uno de los que más merma su imagen es el de que la cafetería del Centro de Congresos permanece cerrada a cal y canto desde el pasado mes de septiembre. De este modo, ni los usuarios que participan en las convenciones ni los ilicitanos que pasan por esta céntrica zona pueden disfrutar de su servicio. El propósito inicial pasaba por encontrar un nuevo adjudicatario antes de que finalizara el pasado 2018, algo que, casi cuatro meses después del cambio de año, sigue sin producirse.
Más allá de la dejadez que aparece en su entorno, el Centro del Congresos está en el centro del debate del desarrollo urbanístico de Elche. La polémica en torno a la construcción de un auditorio provincial en la ciudad de las palmeras, ya sea en el barrio de Carrús o en el recinto de Candalix, pone en entredicho la utilidad de este edificio, que podría quedar reducido a un segundo plano. La falta de cuidado que exhibe su plaza no contribuye a garantizar su importancia.
Inaugurado en marzo de 2003, en un primer momento como Centro de Congresos y Exposiciones, pese a que no acoge apenas ninguna exposición, sin llegar a las dos décadas de existencia, el edificio no tiene el futuro claro. La dejadez en su entorno tampoco le sirve de ayuda.
