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Francisco Marcellán: «Las matemáticas son cultura, hay que superar lo de letras o ciencias»

«Hay que superar lo de letras o ciencias», asegura - La RSME ha firmado un convenio con la UMH

Francisco Marcellán: «Las matemáticas son cultura, hay que superar lo de letras o ciencias»

La sociedad que usted preside y la UMH acaban de firmar un convenio, ¿cómo valora este acuerdo entre entidades?

Es un convenio muy importante para la sociedad científica. Nosotros tenemos una perspectiva de comunidad de estar en todas las partes. Desde la Real Sociedad Matemática Española (RSME) hemos incentivado la presencia en las diferentes universidades españolas. Tenemos treinta convenios firmados para que amparen nuestras iniciativas. No son delegaciones en el sentido tradicional de la palabra, se trata de que se hagan actividades que visualicen la RSME y que difundan el trabajo de base de divulgación de las matemáticas para atraer jóvenes talentos.

¿De qué manera ve la situación de los estudios de matemáticas actuales en España?

Distinguiría entre varios niveles. De cara al empleo, la situación es excelente. Los informes estadísticos señalan que sus grados son los que menor tasa de desempleo tienen. Eso se traduce en una atracción tremenda de jóvenes, en quince años se ha sextuplicado el número de estudiantes en las universidades españolas. Sobre la investigación, la matemática española, según los estudios internacionales, ocupa la novena posición mundial en cuanto a publicaciones.

Otro nivel importante es el de la divulgación matemática...

Tenemos unos divulgadores extraordinarios, como Santi Cremades, Eduardo Sáenz de Cabezón, Clara Grima? Nos están poniendo en el eje mediático con un mensaje que es muy importante: las matemáticas son cultura. Tenemos que superar la dicotomía entre letras y ciencias, estamos formando personas críticas con conocimiento global de la sociedad. Por último, hay un punto oscuro, que es el de la enseñanza de las matemáticas en los ámbitos no universitarios.

¿Qué puede contar sobre este punto más complejo?

En Secundaria hay un máster de matemáticas que es objeto de una reflexión profunda. Una persona que enseña no sólo reproduce conocimiento, debe acostumbrar a la gente a poner en cuestión esa sabiduría. Hacerse preguntas es tan importante o más que las respuestas. Los estudiantes se tienen que encontrar con escenarios que les obliguen a tomar decisiones.

Con todos estos escenarios que plantea, ¿hacia dónde se encaminan las matemáticas?

Las grandes cuestiones del futuro son los datos, el aprendizaje mediante máquina, la inteligencia artificial? Ahí las matemáticas jugarán un papel importante, que nos deberá evitar pasar de ser pensadores a meros corregidores de máquinas. Uno de nuestros grandes desafíos es el de formar personas con criterio para abordar escenarios dinámicos ante los que hay que reaccionar en tiempo real.

Otro de los grandes problemas de la ciencia española es el de la falta de financiación, ¿ustedes también lo padecen?

No existe una política científica de Estado que piense en el medio y el largo plazo. Al no existir, los vaivenes financieros son ocurrentes. La mejor política sería una planificación a largo plazo que tenga los objetivo bien prefijados. Querer que el 2,5 del PIB se oriente a la investigación en cuatro años no es realista. El sistema es rígido en la atracción de investigadores y la consolidación de los puestos, falta una articulación racional de la trayectoria investigadora. Otro elemento preocupante es el de la excesiva administración de la gestión de los proyectos.

¿Las jóvenes muestran curiosidad por estos estudios?

Uno de los problemas al respecto es que las estudiantes no cuentan con referentes femeninos en la historia de las matemáticas. Sin referentes es muy difícil. Los chicos empiezan a jugar a fútbol porque quieren ser como A, B o C. La comunidad científica tampoco cultiva esto. Cuando se entregan premios nacionales de investigación el Ministerio no hace nada para que salgan las fotografías de los galardonados en la prensa. Hay una dejación de funciones a la hora de poner cara a los científicos.

Antes mencionaba la cuestión de las salidas laborales, ¿puede dar algún dato más?

Hay una ruptura brutal en el ecosistema del matemático. Hace 20 años, buena parte de los egresados acababan en la educación secundaria y universitaria. Muy pocos se dedicaban a trabajar en empresas, fundamentalmente en el sector financiero. La nueva economía exige matemáticos con la cabeza muy bien amueblada para abordar diferentes tareas. Ha cambiado el perfil que demandan las empresas, lo que ha abierto un nicho de mercado importante.

El director del CIO de la UMH, Juan Aparicio, sostiene que las matemáticas están de moda...

Están de moda por la posibilidad de puestos de trabajo que ofrecen. El matemático cuenta con el reconocimiento empresarial y ahora le hace falta el social. Las personas que están trabajando en divulgación, investigación y didáctica hacen una labor destacada. Ahora falta una campaña de reconocimiento como la que se ha hecho con los maestros.

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