En los últimos años, es cada vez más frecuente la demanda por parte de los futuros papás de estar involucrados activamente y ser capaces de ofrecer apoyo tanto físico como emocional a sus parejas en el proceso del embarazo, parto y puerperio, tal y como han indicado esta mañana desde el Hospital Universitario del Vinalopó. La dirección ha destacado la implicación de su personal para hacerles partícipes y atender sus propias necesidades resolviendo sus inquietudes, miedos, y dudas que se plantean en el proceso de la paternidad y la crianza.

Los profesionales del Hospital Universitario del Vinalopó "son conscientes de la necesidad que los futuros papás tienen de acompañar a su pareja durante el proceso de nacimiento de su bebé, independiente del modo de nacimiento, recibiendo apoyo por parte de los profesionales y dando ellos mismos apoyo a sus parejas en ese momento tan especial para ambos, aspectos que los futuros papás consideran importantes".

La presencia del padre en todo el proceso de nacimiento, proporciona a la madre mayor bienestar, aumentando los niveles de endorfinas presentes, mejorando su satisfacción y la vivencia positiva en todas las etapas. Además, cabe destacar que se refuerza el vínculo del padre con el bebé, consolidándose desde el primer minuto de vida.

Conscientes de todo ello, en el paritorio del Hospital Universitario del Vinalopó, apoyamos el proceso del nacimiento desde el acompañamiento materno durante todo el proceso de embarazo, parto y puerperio, ofreciendo además la posibilidad, en los casos en los que no fuera posible que el bebé hiciera piel con piel tras el nacimiento con la mamá, que sea el papá o acompañante quien lo realiza, bajo la supervisión de los profesionales del servicio, fomentando el vínculo y aumentando la satisfacción del proceso de nacimiento.

Los matrones piden paso

«Vamos a ver a la matrona». Así, en femenino. Esa es la frase que normalmente se pronuncia cuando usted, o alguien de su entorno, acude a este tipo de especialidad médica durante el embarazo. Continúan siendo una gran minoría, pero los matrones, los enfermeros que habitualmente deciden dedicarse a esta especialidad, van creciendo cada vez más en los hospitales y centros de salud, rompiendo con esa asociación histórica de que las matronas son solo mujeres. Es el caso de Alejandro Ojeda, uno de los tres matrones que trabajan en el departamento de Salud del Hospital del Vinalopó, «donde lo mejor es el equipo humano y las posibilidades que se da a las pacientes», señala. Una cifra especialmente alta en este centro -en el Hospital General tan solo hay uno.

Aunque reconoce que nunca fue su vocación esta especialidad, «a medida que estudiaba Enfermería me la fui encontrando. Cuando roté me gustó, y me fui especializando. De hecho, no he llegado a trabajar nunca de enfermero», asegura. Así, a sus 31 años, lleva seis, desde que terminó la carrera en 2013, siendo matrón. Ese mismo año la Real Academia Española de la Lengua comenzaba los trámites para incluir la forma masculina a su entrada para matrona, a la que definía como la «mujer especialmente autorizada para asistir a las parturientas».

El masculino ya está aceptado, aunque «no me importa, y de hecho lo hago a veces, presentarme con un hola, soy Alejandro, tu matrona». Asegura que el hecho de ser una mujer o un hombre a la hora de desarrollar este trabajo de atención y preparación al parto no es determinante, aunque reconoce que «es necesario sacar ese lado femenino y empatizar con las mujeres, pues al final y al cabo las vas a acompañar durante su vida sexual y reproductiva». Un testimonio que sirve para reivindicar que se rompa con el estereotipo de que es una profesión de mujeres, como ha sido hasta ahora. ¿El por qué de esto? «Pues no lo sé, supongo que por tradición. Partimos de la base de que hay menos enfermeros que enfermeras», algo que también está cambiando.

También padre

A nivel personal, además de la satisfacción de trabajar en el área médica que le apasiona, también ha tenido la suerte de asistir a su pareja en el embarazo de su primera hija, que tiene ahora dos años. Aunque aquí partía con ventaja, ya que la madre también es matrona. Así, no solo reivindica la presencia de hombres en el oficio, sino también la implicación de los padres durante todo el proceso del embarazo y también durante el parto. Una implicación que, por suerte, también va en aumento. «Lo primero que puede hacer el padre es implicarse y que la madre vea esa implicación. Compartir la responsabilidad. Hacer que el embarazo sea más llevadero».

Una de las cosas que debería hacer el papá es disfrutar. Se está formando una vida que también le corresponde a él», señala. Así, Alejandro celebrará el día del padre desde una doble vertiente, como progenitor y como profesional que ayuda a otros a traer a niños al mundo.