Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«Muchos pacientes vienen a por la paga, pero hacen el ridículo»

Su último destino en consulta fue en San Fermín, donde se jubiló hace algunas semanas

«Muchos pacientes vienen a por la paga, pero hacen el ridículo»

Ha pasado por numerosos centros de salud de la ciudad y fue forense en los juzgados de Elche. Su cercanía y empatía con los pacientes son su seña de identidad, pero hace algunas semanas decidió abandonar su puesto en el centro de San Fermín y optar por jubilarse, aunque mantendrá su consulta de perito médico en el centro de la ciudad, una labor a la que ha dedicado la mayoría de su carrera profesional y que confiesa que fue una de las mejores experiencias no solo a nivel profesional, sino a nivel vital.

¿Por qué ha decidido retirarte del centro de salud y seguir con el peritaje?

Me gusta mucho mi trabajo, pero la consulta agota y requiere mayor atención, tiempo y esfuerzo, y así puedo descansar. Para mí los juzgados ha sido de las cosas importantes de la vida, porque he aprendido muchísimo.

¿Cómo llegó allí?

Siempre me ha gustado la Medicina Legal, es muy interesante. Los funcionarios de justicia van desbordados, no hay medios. Justicia siempre está en el vagón de cola. Tuve allí a dos profesionales que me enseñaron todo. Me iba a hacer autopsias con ellos y aprendí mucho. Estudié Medicina Legal y me formé. El problema que tiene la medicina legal es que te limita a la hora de ver pacientes, de tener ese contacto directo, por eso durante un tiempo compaginé pero tuve que elegir Primaria.

¿Qué le llevó a dejarlos para ser médico de Familia?

La última guardia que hice. Nos llamó la Policía para recogernos e ir a un accidente muy grave en la carretera de Santa Pola en el que se habían matado cuatro jóvenes. Fue dantesco. Y me dije ¿Qué necesidad tengo de seguir con esto? Y decidí que iba a dedicarme a la sanidad pública, a mi consulta privada y alejarme de los «fiambres», como los llamamos en el gremio.

¿Cuál es el secreto para ser un buen médico?

Establecer un buen feedback con el que viene a consulta. Hay muchas veces que vienen por una cosa que para ti es una gilipollez, pero el paciente está amargado. Tengo a gente que viene a pedirte cosas que no tienes. A veces no es el problema orgánico, sino el mental. En un 30% de los pacientes hay patología psicológica y muchas veces somatiza. Muchas veces el paciente viene a confesarse, quiere hablar. En la sanidad pública es donde realmente ves esto.

La gente viene a que la valore médicamente. ¿Hay mucho intento de fraude?

Mucho. Hay mucha gente que viene aquí a pedirme «la paga», directamente. Me dicen lo que tiene, los fármacos que toman... Y nuestra obligación es decirle que lo único que van a conseguir con eso, es hacer el ridículo. En los últimos años se ha disparado. Hay mucha gente que no tiene el paro, no tiene la Renta Activa de Inclusión...

¿Cómo ha cambiado la Sanidad Pública desde que entró hasta que la ha dejado?

Antes era todo manual, hoy en día está informatizado todo. Yo fui del bolígrafo al sistema informático, y me costó un huevo. Lo que más me fastidiaba es que mientras estás escribiendo en el ordenador no estás mirando y tratando al paciente. También ha mejorado mucho el sistema de diagnóstico. Ahora todo el mundo que se muere sabe de qué se ha muerto. Pero sigue habiendo muchas carencias.

¿Cuáles?

Hay mucha demora. La sanidad pública yo la defino como un pozo sin fondo. Cada vez se afina más, y eso se hace con pruebas diagnósticas que son muy caras, fármacos cada vez más costosos? Todo eso significa mayor gasto, y los impuestos no se pueden subir más. Ya trabajamos seis meses para el Estado. También faltan profesionales. Antes salías de la universidad y te ponías a trabajar. Ahora que hay hacer el MIR y especializarse. Y es fantástico, pero eso hace que falten profesionales y muchas veces la Administración no tenga a nadie a quien contratar.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats