Desde quesos artesanales del Camp d'Elx hasta encurtidos o dulces veganos y caseros. Toda esta variedad de productos se pueden encontrar hasta hoy en la Plaça de Baix, en la primera feria gastronómica pensada para aunar a productores y hosteleros de la comarca con el ánimo de dinamizar el centro de la ciudad con el corte de calles.

Poco a poco, durante el fin de semana, han sido más los curiosos que se han ido acercando a las puertas del Ayuntamiento para disfrutar de esta actividad que, además, ayer estaba ambientada con el concierto del grupo de Rock'n Roll Ramonets. En cuanto a la jornada gastronómica, estará hoy abierta hasta las 22 horas y las actividades seguirán durante todo el día.

Esta es la primera iniciativa del Ayuntamiento de Elche con respecto a este tipo de ferias y las impresiones de los productores son buenas aunque creen que el concepto no ha terminado de tener un gran calado. «Si está concebida como una feria de primavera la valoro como floja, si es algo para mostrar los productos de la tierra no es negativo, pero creo que ha faltado difusión y la gente espera algo más grande», señala Ramón Miralles de la Vaquería del Camp d'Elx, que al mismo tiempo señala que esto puede ser la punta del iceberg para que vayan surgiendo más iniciativas del estilo «para dinamizar el centro porque es una buena zona de paso».

Noelia Lafuente es una ilicitana emprendora que no ha dejado pasar esta oportunidad para mostrar su negocio de dulces artesanales como donuts, magdalenas o cocas, además de otros sin gluten como gofres de avena. «Me encanta que se promuevan los productos del campo y artesanales, hace mucha falta», señala la propietaria de la Guafleria.

Lúdica

Esta feria sirve también para informar a los ciudadanos, empezando desde la infancia, de la importancia de mantener los cultivos y lo más esencial: las semillas como germen de la vida en el campo. Con ello, desde la cooperativa Corazón Verde asesoraron ayer durante toda la jornada y en forma de taller a los usuarios que se acercaban para conocer cómo recuperar y cultivar semillas tradicionales para que se adapten a los cambios del clima.

La intención es atajar las consecuencias de la globalización, que está motivando que estén desapareciendo variedades de hortalizas y frutales tradicionales a consecuencia del desarrollo de otras comerciales en laboratorios «que están adaptadas a tratamientos químicos fuertes, y esas mismas empresas fabrican semillas con patentes como los transgénicos o híbridos que no se mantienen con el paso de las generaciones y obligan al agricultor a comprar anualmente semillas, por lo que se pierde la soberanía alimentaria», señala José Antonio Esteve, miembro de esta cooperativa.

Durante la mañana de ayer explicó a los niños cómo extraer las semillas, ya que puede ser un proceso en seco o húmedo dependiendo de la variedad. Con este conocimiento aprendido se le darían herramientas a los agricultores para conservar las semillas y afianzar la tradición.

Mercado

Paralelamente el barrio de El Raval acoge el primer y tercer sábado de cada mes un mercado ecológico en el que más de una veintena de productores locales y de la comarca exponen sus productos ecológicos y este fin de semana la actividad ha quedado incluida dentro de la programación de la fira gastronómica, para aprovechar el tirón en el barrio ilicitano.

«Del campo a la mesa». Esa es la misión principal que persiguen los productores ecológicos para calar la idea del circuito corto como canal de distribución y venta no como ocurre en las grandes superficies. Alberto Diego comenzó en 2015 con el autoconsumo de frutas y verduras ecológicas y dio el salto a certificar sus tierras en el camino de los Magros bajo el sello Almacil para ofrecer esta opción ecológica como una manera de ganarse la vida. Siente que el consumo de alimentos ecológicos va en aumento al igual que el número de horticultores que coge esta tendencia para rentabilizar el trabajo del agricultor durante las cosechas.