Las obras en uno de los puntos negros de la ciudad, en el acceso del Hospital del Vinalopó avanzan a todo ritmo con la previsión de que puedan estar acabadas este mes. Los conductores ya han empezado a comprobar de primera mano cómo funciona la gran rotonda que regulará el tráfico en la conflictiva intersección, entre las calles Tonico Sansano Mora con Adolfo Suárez. En este punto, donde los operarios continúan trabajando en el interior de la glorieta, los vehículos ya no tienen que esperar a los semáforos para poder cruzar de un lado a otro de la calle, lo que había generado numerosos accidentes. La idea es ganar una mayor seguridad en la zona.