El auditorio para Elche ha acabado abriendo otra brecha entre el Ayuntamiento y la Diputación por la falta de consenso político para buscar una ubicación para la infraestructura. El tirón de orejas que quiso dar el presidente de la Diputación al equipo de gobierno tras su visita a Elche y conocerse la elección de Carrús como la mejor ubicación para la obra, no ha servido para mover al alcalde, Carlos González, de su posición.

Para el regidor ilicitano será Carrús sí o sí el escenario para levantar un inmueble similar al ADDA de Alicante, pese a que el presidente de la institución insista en buscar diálogo político y social y por muy en contra que esté el PP de Pablo Ruz, compañero de filas de César Sánchez. Y todo porque el alcalde considera que quien toma las decisiones sobre dónde deben ir las inversiones en Elche, «es el equipo de gobierno y no la oposición», aseguró ayer en una comparecencia en la que no dudó tampoco en desdecir al presidente de la Diputación y en marcar distancias.

El primer edil negó que Sánchez le pidiera buscar consenso sobre la ubicación del auditorio y aseguró que en la reunión que mantuvieron hace dos semanas en Alicante el representante de la institución provincial dio al gobierno municipal la competencia para decidir sobre la parcela en la que se asentará el inmueble. Las palabras del alcalde se contradicen, de este modo, con la versión del presidente provincial, quien anteayer aseguró algo haberle puesto la condición del consenso, lo que ha acabado evidenciando las diferencias entre dos administraciones y sacando a la luz nuevas desavenencias.

Sea como sea, el ejecutivo local se niega ahora a dar marcha atrás con la cesión del solar de la avenida de Novelda. Está convencido de que es la ubicación «idónea» para levantar el inmueble, donde no hay impedimentos urbanísticos, lo que permitirá ceder a la Diputación de forma inminente la parcela. Algo que, según el alcalde, le pidió el presidente de la Diputación para poder comenzar antes de que acabe el mandato los trámites para hacer la obra.

El arma municipal

Y con esas lo que va a hacer el regidor ilicitano es tratar de convencer a la institución provincial con el informe de los técnicos municipales que advierte de los impedimentos urbanísticos para construir en la parcela del centro, donde además de chocar con la futura ley del Palmeral, para edificar hay que pedir permiso a la Conselleria de Cultura y hacer un estudio de integración paisajística.

Esos trámites alargarían, tal y como reiteró ayer el alcalde, la cesión del terreno a la Diputación. Carlos González se refirió a «dificultades graves» para poder ceder la parcela del centro, en la que además, el 20% de su superficie es privada.

En lo que también se ampara Carlos González es en que no quiere llevar a la ciudad a un «atolladero jurídico», lo que complicaría las opciones de que Elche pudiera tener finalmente el auditorio prometido para albergar grandes congresos.

Con el informe municipal sobre la mesa de la Diputación, Carlos González confió ayer que César Sánchez «hará honor a su palabra».

Para el barrio «más pobre»

De nuevo, el alcalde utilizó ayer el argumento de la necesidad de revitalizar Carrús e invertir en el barrio, volviendo a hace referencia al informe que lo sitúa como el barrio más pobre de España. Aunque aclaró que no lo comparte, el alcalde admitió que la zona tiene la tasa de paro más alta y un envejecimiento importante y que hay que tomar medidas, que pasan entre otras cosas por levantar un auditorio provincial para revitalizar la zona.

En su defensa por el barrio de Carrús, el primer edil también se amparó en que otras ciudades de España, como Alicante, València, Murcia y Oviedo, tienen infraestructuras similares en zonas de expansión de la ciudad y no en sus centros históricos por las dificultades urbanísticas que presentan.

Ante la polémica generada con el auditorio, el regidor ilicitano también tuvo palabras para la formación de Pablo Ruz, quien prometió hace más de un año que construiría en Candalix el auditorio si llegaba a ser alcalde y que contaría con la financiación de la Diputación. El alcalde le pidió que «no se oponga caprichosamente a una propuesta que beneficia a la ciudad», lo acusó de cometer un «error grave» y de actuar con «electoralismo» al seguir defendiendo la parcela del centro, pese a los impedimentos urbanísticos que ve el Ayuntamiento.